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China extermina 38.000 perros a palos para combatir la rabia

Tres hombres matan a un perro a palos en una calle de Yunnan, en abril del 2006.

Tres hombres matan a un perro a palos en una calle de Yunnan, en abril del 2006.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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China ha vuelto a aplicar con literalidad el principio popular de que muerto el perro se acabó la rabia. Unos 38.000 perros han sido masacrados recientemente en Hanzhong, en la norteña provincia de Shaanxi. La medida perseguía a los perros no censados y sin vacunar, pero la caza ha sido indiscriminada. En el distrito de Yangxian todos los perros fueron matados a palos. Las organizaciones de derechos de animales se han escandalizado con las fotografías de cuerpos de perros amontonados y hombres con bastones persiguiendo a perros por la calle. China ha anunciado esta semana su primera ley de protección de animales, con multas de hasta 630 euros y dos semanas de arresto a los maltratadores.

La rabia es un problema serio en China. Solo India la supera en mortalidad por esta causa. Más de 2.000 chinos fallecen anualmente por mordeduras de perros. El Gobierno de Hanzhong tomó la medida para atajar la expansión epidémica tras la muerte de 13 personas en lo que va de año. Otras 6.600 han sido mordidas o arañadas por perros. El número de perros callejeros había aumentado en los últimos meses mientras la ciudad se sumía en el pánico y el histerismo, con creciente desconfianza entre ciudadanos sanos, por un lado, y posibles contagiados.

Tres años atrás, decenas de miles de perros ya fueron masacrados de forma similar para frenar otro brote de rabia en la provincia de Yunan. La muerte de una niña de cuatro años llevó a las autoridades a ofrecer medio euro a los propietarios que acabaran voluntariamente con sus mascotas. Las patrullas de exterminio hicieron el resto.

La aniquilación de especies superabundantes y peligrosas para la salud pública no es extraña, ni siquiera en los países desarrollados. Barcelona lleva décadas matando palomas en masa. Son animales con un riesgo para los humanos muy inferior al de los perros con rabia. Las formas, sin embargo, han hundido a China.

EL MEJOR AMIGO / En los foros de internet se reproduce el debate provocado por la campaña de exterminio de canes del 2006. Unos enfatizan la crueldad, recuerdan que el perro es el mejor amigo del hombre y proponen un trasvase de animales a Pekín para salvar sus vidas. Otros defienden que la principal misión de las autoridades es velar por la salud de sus ciudadanos, cuelgan vídeos de ataques de perros con rabia a personas y recuerdan que defender en China los derechos de los animales es confundir las prioridades. No se discute, sin embargo, que la orden de finiquitar los perros certifica siempre el fracaso de las autoridades en su tarea de control y prevención. El Gobierno de Hanzhong había vacunado a 240.000 perros, medida que se mostró insuficiente.

Mao prohibió los perros como mascotas por considerarlos pasatiempos burgueses. En marcos de hambrunas como la que sucedió al Gran Salto Adelante (1958-1960), juzgó que alimentar a un perro era obsceno. Fueron legalizados unos años atrás y hoy son un signo de ostentación de los nuevos ricos urbanos, que gastan fortunas en peluquerías caninas y otros lujos.