Radiografía de la gestión de la comunidad islámica

El presidente de la Junta Islámica Catalana teme una fractura social

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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"El islam vive una situación insostenible en Catalunya, y si no cambia esa tendencia será un elemento de fractura social". Este es el diagnóstico que hace Abdenur Prado, catalán converso y presidente de la Junta Islámica Catalana, en su libroEl retorn de l'islam a Catalunya. Prado, miembro fundador de la plataforma Musulmanes por la Igualdad --una iniciativa del islam progresista que tiene en la igualdad de género uno de sus caballos de batalla-- radiografía, en una entrevista concedida a EL PERIÓDICO, un escenario en el que chocan la expansión de la versión más reaccionaria del islam con el auge de la islamofobia, la conculcación de los derechos de los musulmanes y las injerencias extranjeras.

LUGARES DE CULTO >> "En Catalunya es donde hay más oposición a la apertura de mezquitas"

Prado denuncia la vulneración de derechos que, a su juicio, sufren los musulmanes. "En Catalunya, a los musulmanes no se nos respeta un derecho fundamental, recogido en la Constitución y el Estatut, como es el de poder abrir un lugar de culto", dice. "La oposición a las mezquitas se da en toda España, pero en ningún sitio como en Catalunya. De los 50 conflictos sobre mezquitas en España desde el 2000, 35 se han producido aquí. El fenómeno es tan grave que hasta hay investigadores de universidades de EEUU que han venido a estudiar lo que ocurre", comenta, y denuncia la actitud de la Generalitat. "Nunca ha apoyado a los musulmanes que pedían un lugar de culto. Incluso teniendo la ley de su lado, los musulmanes han visto cómo se daba la razón a quienes se oponían a la mezquita", cuenta.

ENFOQUE EQUIVOCADO >> "Abrir un oratorio no es un tema de extranjería, sino de derechos humanos"

El presidente de la Junta Islámica califica de equivocado el enfoque, muy extendido, que presenta a quienes quieren que se instale la mezquita como extranjeros, y aquellos que se oponen, como vecinos. "Los inmigrantes musulmanes también son vecinos y ciudadanos --explica--. Abrir una mezquita no es una cuestión de extranjería, es una cuestión de un derecho fundamental como es la libertad de culto".

Prado lamenta que también se vulneren otros derechos, como el de tener un entierro islámico, por la ausencia de espacio para los musulmanes en los cementerios públicos; y eso que se trata de un derecho consignado en la ley desde 1992. "El mensaje que damos a los musulmanes es que ni siquiera pueden ser enterrados aquí. Literalmente, los musulmanes en Catalunya no tienen ni donde caerse muertos", explica.

VISIÓN REACCIONARIA >> "El salafismo propone romper con una sociedad que te rechaza"

Prado sostiene que esta conculcación de derechos y el auge de la islamofobia están alimentando la expansión de la doctrina salafista, una de las vertientes más rigoristas y reaccionarias del islam. Dice que cada vez más musulmanes, para compensar el rechazo, se inclinan hacia el discurso salafista, que propone una identidad fuerte basada en el hecho de ser musulmán y una ruptura con el resto de la sociedad.

"El auge del salafismo, cuya presencia hasta hace unos años era residual, es un indicio del fracaso estrepitoso de las políticas públicas en Catalunya. El salafismo se está consolidando en las narices de la Generalitat y el Govern no hace nada".

Prado advierte de la importancia de cambiar esa tendencia hacia una doctrina que propugna un modo de vida calcado al de los ancestros islámicos y margina a la mujer. "Actualmente, los salafistas son los que tienen más poder de convocatoria. Si esto sigue así, pueden convertirse en la doctrina mayoritaria entre el colectivo musulmán en Catalunya".

INJERENCIA EXTRANJERA >> "Hay oratorios que hacen la plegaria del viernes en nombre de Mohamed VI"

Un elemento que, según Prado, ha generado esta situación crítica del islam en Catalunya ha sido la "desastrosa" gestión de la Generalitat. "Se ha llegado a esta crisis por ignorancia. Los responsables de asuntos religiosos en el Govern no tienen ni idea de lo que tienen entre manos. Y se limitan a actos institucionales con líderes religiosos musulmanes con chilaba para hacer ver que hay una normalidad", sentencia, y denuncia, a renglón seguido, el apoyo de la Generalitat al Consell Cultural Islàmic de Catalunya. "No es lícito que la Generalitat imponga una entidad que no representa a todos los musulmanes, que representa a los sectores más conservadores, que excluye a las mujeres y que está en connivencia con Marruecos", clama Prado, que alerta sobre la injerencia de la monarquía alauí: "Rabat quiere que los marroquís de aquí sigan siendo sus súbditos. Hay mezquitas de Catalunya donde la oración del viernes se hace en nombre de Mohamed VI, y eso es intolerable".

LA POSTURA >> "Hay una mayoría que quiere que su religión

no sea un problema"

Parte del problema radica en quién representa a los musulmanes. "En su relación con el colectivo, la Administración proyecta un esquema clerical según el cual, si los representantes de los cristianos son los curas, los de los musulmanes deben ser los imanes, y eso es un tremendo error". Según Prado, la mayoría de los musulmanes de Catalunya no van a mezquitas y no ven al imán como su representante.

"Si coges las 170 mezquitas que hay en Catalunya y las llenas, no tendrás ni el 5% de los musulmanes de Catalunya. La mayoría no van porque no tienen mezquita o porque los imanes que hay no les dicen nada". Según Prado, "hay una mayoría silenciosa de musulmanes catalanes a favor de un islam progresista que quiere que su religión no sea un problema".

Para dar salida a esa dinámica, Prado exige a la Generalitat que "en lugar de apoyar solo a una entidad conservadora como el Consell Cultural Islàmic, apueste por posturas musulmanas progresistas". "No se trata de financiar a unos en vez de a otros", matiza Prado, que propone crear una shura (consejo) catalana, es decir, una entidad con todas las corrientes presentes en Catalunya (marroquís, argelinos, subsaharianos, paquistanís). "Esta entidad vehicularía las demandas del colectivo", agrega este responsable, que lamenta el auge de la islamofobia. "Hoy, en Catalunya, ser islamófobo es lo normal. Las autoridades no se dan cuenta de la gravedad de esa islamofobia, que es el antisemitismo del siglo XXI".

UN GRAN ORATORIO >> "Que Barcelona no tenga una mezquita es una tremenda anomalía"

El presidente de la Junta Islámica califica como "una anomalía" el hecho de que en Barcelona no haya una gran mezquita. "Barcelona es la única gran ciudad europea con un número significativo de musulmanes que no tiene una mezquita construida como tal", se lamenta Prado, que se mira en el espejo de otras ciudades: "En Londres hay 40; en París, 20. Y no pasa nada. Lo normal es que en Barcelona hubieran cuatro o cinco".

"No es normal que el Ayuntamiento de Barcelona, una ciudad que acaba de ser nombrada capital de la Unión por el Mediterráneo y donde nos llenamos la boca con la tolerancia, ponga dificultades a ese proyecto", dice Prado, que apunta la razón a la negativa: "El ayuntamiento sabe que si aprueba el proyecto se manifestará un gran rechazo, y no quiere que eso pase".