REFORMA DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA

Wert plantea denegar la ESO si hay suspensos

La ley permite desde el 2006 obtener el título con tres asignaturas colgadas

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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La reforma de la educación secundaria que prepara el ministro José Ignacio Wert podría poner sobre la mesa la derogación del decreto del 2006 que permite que los alumnos de cuarto curso de la ESO terminen el ciclo con dos -y excepcionalmente con tres- asignaturas suspendidas, siempre y cuando la junta de evaluación del centro en el que estudia lo considere conveniente.

«Que uno pueda titularse sin haber aprobado todas las asignaturas no deja de ser algo un tanto singular», declaró Wert en una entrevista publicada ayer por la agencia Efe. Para el ministro, esta situación, que está en vigor desde hace cinco años, supone un «agujero».

De hecho, algunas administraciones, como la Generalitat, han puesto ya límite a esta posibilidad y han fijado el máximo de suspensos en dos, en lugar de los tres previstos por el ministerio, recordó ayer un portavoz de la Conselleria d'Ensenyament.

MÁS MATEMÁTICAS Y LENGUAS / Wert, que espera que la propuesta de reforma llegue al Congreso de los Diputados después del verano, anunció también cambios en los planes de estudios, de manera que las asignaturas de lengua, matemáticas e inglés se vean reforzadas. Los cambios en los currículos evitarán la, a su entender, excesiva posibilidad de elección de materias optativas que se produce actualmente.

El propósito, dijo Wert, es que el cuarto y último curso de la ESO ofrezca «mucha troncalidad y una diversificación de caminos» entre el bachillerato y la FP de grado medio. Seguirá siendo, insistió, parte integrante de la educación obligatoria y gratuita. «No existe una titulación de la ESO previa a cursar ese año», aseguró.

Parece, pues, que después de haber cambiado varias veces de opinión en este asunto, el ministro descarta definitivamente a la reducción de la ESO de cuatro a tres años, como había planteado en un primer momento. Eso habría supuesto la ampliación del bachillerato y la FP de grado medio de dos a tres cursos, manteniendo la finalización de la enseñanza obligatoria a los 16 años.

Las vacilaciones de Wert han suscitado una catarata de reacciones contrarias, muchas de ellas advirtiendo del riesgo de que una reforma a costa del cuarto curso de ESO terminara agravando el ya de por sí elevado índice de fracaso escolar en España. Justo lo que se pretende solucionar.