'Masterclass' de tele

"En nuestro mundo, si haces algo mal, te despiden; en 'Gomorra', te matan"

TXERRA CIRBIÁN / BARCELONA

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Las mafias criminales son una muestra de “capitalismo salvaje sin máscaras”, han explicado este jueves los guionistas de la serie ‘Gomorra’, durante una clase maestra en la Facultad Blanquerna, incluida dentro de la programación del festival de producciones para televisión Serielizados. “En nuestro mundo, si haces algo mal, te despiden y sustituyen por otro; en el suyo, directamente te matan”, han dicho.

Eran las 11 de la mañana de este jueves, 20 de abril, y el Auditorio de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna estaba medianamente llena de estudiantes de periodismo y periodistas, así como varios guionistas y aspirantes a tales. Todos ellos se preparaban para escuchar la ‘masterclass’ de los italianos Leonardo Fasoli y Leonardo FasoliMaddalena Ravagli, responsables del guion de la prestigiosa serie ‘Gomorra’.

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El primero ha estado en la producción desde su inicio, mientras que la segunda ha escrito un menor número de episodios. El próximo estreno de la esperada tercera temporada de la ficción sobre la Camorra napolitana avalaba su presencia como acto inicial del Festival Serielizados. Eso sí, había que pagar 10 euros de entrada, lo que ahuyentó a los simples curiosos.

INFORMARSE Y DOCUMENTARSE

El título de la clase magistral era 'Cómo adaptar un trabajo periodístico a la televisión’, y la moderaba Diego Sotelo, coordinador de guión de la adaptación televisiva de ‘Fariña’, un libro del periodista Nacho Carretero sobre el narcotráfico en Galicia, para una serie que prepara Antena 3. Mientras Fasoli se expresaba en un más que correcto castellano, Ravagli precisaba de traducción simultánea.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/7\/0\/1492706129407.jpg","author":"CHRISTIAN MORALES","footer":"Un momento de la clase magistral, este jueves, en el certamen Serielizados.\u00a0"}}

Fasoli, un hombre tan interesante como locuaz, explicó que la serie ‘Gomorra’ partía de la ventaja de tener como origen el exitoso libro homónimo del periodista Roberto Saviano sobre la Camorra y el tráfico de drogas. Esta última es una de las tres mafias italianas, junto con la Cosa Nostra siciliana y la Ndrangheta calabresa. Y las diferenció de delincuencia común y corriente: “Estas son organizaciones criminales, porque se conectan con una parte de la sociedad civil, penetran en ella y la corrompen. Por ejemplo, ofrecen ‘resolver’ una parte de los problemas de la sociedad a cambio de algo: votos, dinero, protección…”

De alguna manera, Fasoli argumentó la originalidad de la serie en que, “a diferencia de las películas o series policiacas clásicas o el periodismo, que observan la realidad desde fuera, nuestra opción era similar a la de las novelas de no ficción, que la explican desde dentro”.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Antecedentes","text":"\u2018Gomorra\u2019 se ha filmado desde el punto de vista de los mafiosos, pero no es la primera pel\u00edcula o teleserie en hacerlo. \u2018El Padrino\u2019 (1972), \u2018Uno de los nuestros\u2019 (1990) y la sensacional serie \u2018Los Soprano\u2019 (1999), cuyos temas y contenidos son muy diferentes a la ficci\u00f3n italiana, ya lo hac\u00edan. Seg\u00fan\u00a0Leonardo Fasoli, no han influido en sus guiones. \u201cSon patrimonio cultural, y \u2018Los Soprano\u2019 una de mis series favoritas\u201d."}}

Y para poder “encontrar el alma” de la historia, para “no traicionar” el espíritu del libro de Saviano, optaron por aplicar “un punto de vista de los personajes retratados”, de los propios camorristas. Unos delincuentes que pasaron de ser unos pescadores que hacían contrabando de tabaco hace 50 años a “una gran empresa”, que actualmente lo que vende es droga.

CLASES EN UNA CÁRCEL

Pero la gran cuestión es cómo obtener la información necesaria para crear una historia así. “Naturalmente, están las entrevistas con policías y jueces, los informes policiales y los sumarios judiciales, pero necesitábamos acercarnos al mundo del crimen real, a los sicarios”. Y ahí les echaron una mano amigos y periodistas, que les facilitaron el contacto directo.

“También montamos un taller de escritura creativa en una cárcel romana”, añadió Ravagli. Ambos acudieron allí con la idea de un toma y daca informativo, “en el que participaron unos 40 reclusos”, entre ellos, asesinos, violadores y atracadores. Con ellos hablaron de cómo era su vida cotidiana, su familia, cómo era el día antes de un atraco y el día después. Uno de ellos les llegó a proponer “robar un banco” cuando saliera de prisión, para que vieran “cómo era eso”.

{"zeta-legacy-image-100":{"imageSrc":"https:\/\/estaticos.elperiodico.com\/resources\/jpg\/5\/0\/1477396303805.jpg","author":null,"footer":"Salvatore Esposito, Marco D'Amore y Fortunato Cerlino, los actores principales de la serie 'Gomorra'."}}

“Y si te aceptan”, añadió Fasoli, “te pueden contar su vida, que en el 95% de las ocasiones suele ser terrible, como un antiguo ‘killer’ que, a sus 47 años, llevaba 22 en prisión y me citó en un cementerio donde estaban las tumbas de todos sus amigos.

En la cárcel romana escucharon cosas increíbles: “Las historias existen y algunas te piden a gritos que las cuenten”. Como las charlas con algún sicario: “Ellos te explican que las muertes son muy diferentes a las que vemos en las películas. Ellos tienen un miedo y una tensión que han de controlar. Por ejemplo, no comen horas antes de actuar, para no tener necesidad de ir al baño antes de cometer el crimen”. Pero, curiosamente, son personas que “no hablan de la muerte”, y la eluden o no le dan importancia, porque si lo hicieran “quizá lo verían como lo grave que es”.

UN MUNDO CON NORMAS PROPIAS

Todo esa preparación previa les permitió “reconstruir los personajes, las dinámicas y formas de hablar y enfrentarse a los conflictos”, en un mundo “subterráneo, muy diferente al nuestro, con sus propias normas”. Una trama central, situada en uno de los barrios periféricos del norte de Nápoles, donde había un importante clan que se dividió en dos y protagonizó una guerra, de la que salió vencedora una de las partes.

La historia original en que se basaron fue la de Paolo Di Lauro, “un tipo que empezó con la falsificación de objetos y ropa de marca y cuyo negocio se expandió hacia la droga”. Y a partir de esa línea argumental maestra, estructuraron la serie con personajes y relaciones familiares similares a los nuestros, pero con unos códigos muy diferentes. “Vendría a ser la aplicación del capitalismo salvaje sin máscaras: en nuestro mundo, haces algo mal, te despiden y sustituyen; en el suyo, directamente te matan”.

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Para ellos, “la lucha por el poder es su supervivencia, porque perder el poder es quedarse al margen de ese mundo, al que no pueden volver”. Y como problema social es muy difícil de solucionar: “Estas personas nacen en un contexto hostil y de pobreza endémica”, detalló Maddalena Ravagli. E intentó explicar el papel de la mujer en esas mafias: “Los hombres actúan y las mujeres transmiten los valores del clan. Y si antiguamente recibían otro trato, al no intervenir directamente en los delitos, actualmente están adoptando roles más masculinos, al tener buena parte de los hombres de la familia en la cárcel”.

Mientras Roberto Saviano sí que vive bajo protección policial, “ya que en su libro aparecen numerosos nombres y apellidos”, los guionistas no se sienten amenazados ni en peligro: “Es que en la serie nadie se siente apuntado. Son personajes creados a partir de otros, reales, en un proceso de síntesis, en los que hemos tenido que evitar incluso apodos para evitar problemas legales y posibles querellas”, concluyó Leonardo Fasoli.