Compañeros de aula y de partido excitados

La política catalana es un patio de colegio. Las relaciones adolescentes y el cotilleo se equiparan, en el Parlament de Catalunya, a la política de tuiteo

Josep Antoni Duran Lleida y Oriol Pujol, tras la cumbre de partidos sobre el pacto fiscal, en julio pasado.

Josep Antoni Duran Lleida y Oriol Pujol, tras la cumbre de partidos sobre el pacto fiscal, en julio pasado.

SAÜL GORDILLO

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Tenemos lasaulas revolucionadas. Y los claustros. La tecnología ha metido las puertas de los lavabos --con aquellos mensajes, insultos y declaraciones de amor escritos en posición de urinario-- en las pantallas de móvil, tableta u ordenador. El cotilleo, el rumor, el exabrupto, han conquistadopáginas de Facebookpara el acné de extracción popular yaplicaciones genuinaspara jóvenes de clases pudientes. Los alumnos van locos, ylos profesores piden prudencia.

En este contexto, bien se puede afirmar que lapolítica catalana es un patio de colegio. Las relaciones adolescentes y el cotilleo se equiparan, en el Parlament, a la política de tuiteo.Se pelean sociosde federación --socialcristianoscon convergentes-- ycompañeros de partido--los del aparato con los díscolos--, y los viejos parámetros de la política cerrada, de pacto de despacho y llamada telefónica, han dado paso a ladiscusión pública en las redes.Facebook yTwitter han dinamitado cualquier intento de acallar el debate, esconder la discrepancia y lanzar consignas y argumentarios de partido.

Las peleas entreConvergència yUnió del pujolismo --recuerden aquellas listas municipales con CDC y UDC por separado-- son ahora un rifirrafe sin pudor ante 'followers' y periodistas ávidos de piezas para la web.Jordi Pujol gobernó la federación analógica, aArtur Mas se le complican los equilibrios internos en la lógica digital. El obiolismo fue familia controlable antes de internet, pero a Pere Navarro la polifonia interna se le multiplica por mil entre tuit y tuit.

Escolares y parlamentarios, hiperconnectados e hiperexcitados, tomen precauciones y no se hagan daño.