BIÓLOGA MOLECULAR . PROPIETARIA DE UNA JUGUETERÍA CIENTÍFICA

Leiria Salazar: «Los niños han de ser entes creativos»

Juguetes científicos, construcciones y talleres para construir robots o programar videojuegos son las nuevas fronteras del ocio para los niños, cada día más relacionados con las nuevas tecnologías.

Juegos para aprender 8Leiria Salazar posa con algunos juguetes.

Juegos para aprender 8Leiria Salazar posa con algunos juguetes.

ANNALISA PALUMBO
BARCELONA

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Leiria Salazar (Caracas, 1960) es una bióloga molecular que desde el 2008 gestiona su juguetería, Kreative Kids (plaza de Joaquim Pena, 1). En ella se puede encontrar una enorme variedad de juguetes científicos y apuntarse a talleres para hacer robots.

-¿Cómo termina una bióloga molecular abriendo una juguetería?

-Yo gestionaba un laboratorio de investigación en Venezuela. Dirigía un equipo de 13 personas, pero por presiones sociales y políticas tuve que abandonar el país. En Europa era muy dificil conseguir un trabajo parecido, y busqué alternativas. Empecé a pensar al mundo del juguete y de la ciencia, me documenté, fui a congresos internacionales y decidí lanzarme.

-Y ya lleva seis años.

-Si. Abrimos en la ronda del General Mitre el 18 de noviembre del 2008, pero en el 2013 nos mudamos aquí, a la plaza de Joaquim Pena.

-¿Perdió clientes al desplazarse?

-No, tenemos una clientela bastante fija. Una antigua clienta vino en taxi porque ya no puede andar. Se trajo el carrito de la compra para poder llevarse el juguete que compró.

-¿Qué buscan?

-Innovación. Vendemos juguetes distintos a los demás, no el típico perrito que mueve la cola. Son objetos que estimulan a los niños, sensorial e intelectualmente, juguetes para toda la vida. Puede que sean un poco más caros que los demás, pero todos son seleccionados cuidadosamente.

-¿Por quién?

-Por mí. Primero según criterios educativos y de selección social, que la fábrica tenga algunos controles de calidad y garantía hacia los trabajadores. Y desde luego, pongo mucha atención acerca de los componentes para garantizar la salud del niño. Por estas razones, hemos retirado productos. Puede suponer una perdida para la tienda, pero no puedo ir contra mis principios.

-¿Qué es lo que más se vende?

-Seguramente, los juguetes de construcción, ciencias, manualidades. Y lo bueno es que no los distinguimos por sexo. Proponemos los mismos para niños y niñas, y los clientes lo agradecen. Además, aquí repartimos los juguetes por áreas: en la planta de arriba tenemos la sección creativa. En la de abajo hay más objetos imaginativos, como muñecas y disfraces. Además de una sala para los talleres.

-¿Talleres?

-Sí. Llevamos tres años impartiendo cursos en cinco colegios y también  aquí. La mayoría son talleres para construir y programar robots.

-Niños ingenieros.

-De eso se trata. Están tan relacionados con la tecnología que hay que hacer que no sean agentes pasivos. Si son capaces de usar un móvil o una pantalla, ya está. Tienen que aprender a ser entes creativos, a entender la tecnología sin abandonar el mundo del juguete.

-¿Qué hacen durante el curso?

-Depende. Tenemos una plataforma, Techlab, donde ellos pueden elegir una aventura y crear videojuegos y muchas más cosas. En otros cursos, aprenden a construir un robot según los criterios que les pedimos.

-¿Por ejemplo?

-Un brazo para agarrar cosas o poder moverse. Cuando terminan de construirlo, lo programan. Trabajan en equipo porque tienen que aprender a poner a prueba sus ideas y a ser evaluados por sus iguales. Ahora estamos preparando la participación a la First Lego League y a las olimpiadas robóticas.

-¿Y ya han participado en algo?

-Sí, en las olimpiadas de octubre. Con los niños del Liceo Francés quedamos terceros a nivel nacional.