En el punto de mira

En los Juegos Olímpicos de 1992 participaron tres deportistas del club Tir Esportiu de Barcelona (carretera de Montjuïc, 29-31). A los últimos, en Río de Janeiro, fue Sonia Franquet, también miembro del club, que se hizo con un diploma olímpico en pistola de aire. "Hasta en 14 olimpiadas seguidas ha habido jugadores del Tir Esportiu de Barcelona", asegura Julián García, presidente de esta entidad ubicada en Montjuïc desde 1907.

El club (el más importante de tiro deportivo de Catalunya y de España) está íntegramente dedicado a la práctica del tiro en todas sus modalidades, ya sean olímpicas o deportivas. "Es un club de precisión, no de tiro al plato", matiza García. El tiro de precisión consiste en disparar con un arma de fuego a un blanco, estático o móvil, lo más cerca posible de su centro. El de plato, en disparar a unos platos que una máquina lanza al vuelo.

"En los Juegos Olímpicos del 92 no se hizo aquí ninguna competición porque las instalaciones [7.500 metros cuadrados] son pequeñas", recuerda el presidente. Así, las competiciones de tiro se realizaron en Mollet del Vallès y el emplazamiento construido para aquel verano lo utiliza desde entonces la Escola de Policia.

García destaca que la concentración es clave en este deporte completamente amateur. "Nadie vive de esto. El tirador compite contra sí mismo. Los padres me dicen que, en general, los hijos mejoran en los estudios", dice.

Enrique Claverol fue uno de los tiradores del club de tiro deportivo barcelonés que participó en las Olimpiadas del 92. Hoy entrena a la Escola de Tir (dentro del club) en la que hay 70 niños y jóvenes de 11 a 20 años. Solo a partir de los 18 pueden disparar con armas de fuego. Los menores lo hacen con aire comprimido. Para practicar este deporte hay que poseer una licencia de armas.

"Ha habido un antes y un después del 92. Fue un objetivo tan grande, que al conseguirlo parecía que no había nada más", cuenta Claverol, que fue subcampeón del mundo. En las últimas olimpiadas viajó a Río como entrenador de Sonia Franquet.

"Este es un deporte más mental que físico. Tampoco vende mucho porque no es muy visual. Pero animamos a la gente a que lo practique", sostiene. A su lado, Julián García resalta que, pese a lo que pueda parecer, el tiro no es en absoluto un "deporte bélico". "El arma es solo la herramienta deportiva, como lo es el bate en béisbol", explica el presidente. "Los médicos —prosigue Claverol— lo están empezando a recomendar a niños con déficit de atención".

Muy psicológico

Los miembros de Tir Esportiu de Barcelona entrenan y compiten. Cada domingo hay pruebas. Una de estas tiradoras es Alba Rodríguez, de 27 años, que usa la carabina de aire comprimido. "Entré en el club en el 2006. Fue a raíz de un puesto que la Federació Catalana de Tir tenía en el Saló de la Infància. Probé y me gustó",explica. Esta jugadora profesional destaca que el tiro deportivo ayuda a tener mucho autocontrol sobre el cuerpo -"hay que estar lo más quieta posible"- y sobre la mente. "El 80% es psicológico. El 20%, físico", concluye.