Visitantes de la Torre Agbar donan 16.000 € al Banc dels Aliments

4.500 personas recorrieron el edificio antes del cierre para convertirse en hotel

Shuling Qiu (derecha) y una amiga miran la cúpula de la Torre Agbar.

Shuling Qiu (derecha) y una amiga miran la cúpula de la Torre Agbar.

MERCED MUÑOZ / BARCELONA

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Una despedida solidaria abierta al público. La Torre Agbar (Diagonal, 211) acogió a 4.500 personas en  las visitas guiadas durante todos los fines de semana de julio. Con una donación de 3 euros por persona estas visitas a la peculiar torre han permitido recaudar 16.000 euros para el Banc dels Aliments. Ahora la torre espera a convertirse en hotel.

La Fundació Agbar, que ya está en la Zona Franca (Sant Joan Despí, 1), se despidió de sus antiguas oficinas con rutas por el edificio en grupos de 12 personas. "Impulsamos estas visitas con motivo solidario y como despedida después de 10 años trabajando aquí", dice Albert Alonso, coordinador del proyecto.

60 VOLUNTARIOS

Más de 60 voluntarios participaron en esta iniciativa, tanto trabajadores de la fundación como representantes del Banc dels Aliments. "Con el dinero recaudado ofreceremos alimentos básicos a las 150.000 personas con precariedad alimenticia que atendemos", explica Eduard Arruga, presidente del Banc dels Aliments.

Jordi Camallonga, de 37 años, empleado del grupo Agbar, fue uno de los guías. "La torre, con 145 metros de altura, tiene una estructura en forma de géiser", comenta a los visitantes. El edificio tiene 39 plantas. "Para simular el interior de una cueva de donde nace la torre, las paredes de la zona subterránea están formadas por piedra volcánica con un clima húmedo", añade.

Más de 59.060 placas de vidrio cubren las 4.000 ventanas del edificio. "Las láminas que dan al interior son transparentes para conseguir la mayor luz natural posible, mientras que las que dan al exterior son semitransparentes, para no generar calor al interior", explica el guía.

La torre cuenta con más de 16 millones de colores que cambian su  fisonomía durante eventos especiales. Shuling Qiu, de 23 años y china, vive en Barcelona desde hace 10 años. "Es muy interesante el tema de las luces, no sabía que había tanta variedad de colores", explica Qiu.

La Torre Agbar ya está en manos de la compañía Hyatt para convertirse en un hotel de lujo. Debido a la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de suspender durante un año la concesión de licencias, las obras no empezarán hasta disponer de todos los permisos.

"Pensaba que el interior del edificio iba a ser más grande. Aún no se cómo van a convertir esta torre en un hotel", subraya Albert Mourre, de 24 años, uno de los participantes en la visita guiada a la torre.