SANT MARTÍ

Tapas que hacen barrio

Nueve restaurantes se suman a una ruta gastronómica por los bares del barrio del Besòs i el Maresme Medio millar de personas participan en la novena edición del 'Tastatapes'

Buen humor 8Asistentes caracterizados de zombis degustan la tapa del bar Jorepa, en la rambla de Prim.

Buen humor 8Asistentes caracterizados de zombis degustan la tapa del bar Jorepa, en la rambla de Prim.

ANNALISA PALUMBO
BARCELONA

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Un pequeño tren recorre la rambla de Prim a una velocidad mínima, mientras cantos y risas se propagan por las calles del barrio del Besòs i el Maresme. La novena edición del Tastatapes, organizada por la Associació de Botiguers del Besòs, suma el ambiente festivo a la jornada gastronómica.

Originalidad, creatividad, música y sonrisas son los ingredientes que cada año caracterizan este evento. Los participantes a la ruta pagan siete euros por un tíquet que les da derecho a probar las nueve tapas del recorrido, además de una camiseta, montar en el tren oficial de Tastatapes y disfrutar de la música en vivo de los SCR Els Amics y hasta de una maquilladora.

En los últimos años la iniciativa ha ido creciendo. «En la primera edición (2005) participaron cinco bares y acudieron 36 personas», explica Raquel Espada, presidenta de la Associació de Botiguers del Besòs. Este año, se han contado 490 participantes. «Tenemos que tener en cuenta el hándicap del Besòs, que tiene fama de poco seguro. Tal vez en otro barrio la iniciativa tendría aún más éxito», sigue Espada.

«Lo mejor es que a través de la ruta la gente puede descubrir rincones desconocidos», explica Raimond Blasi, concejal de comercios y mercados del ayuntamiento. La iniciativa se financia con la ayuda del ayuntamiento, la Generalitat, el Distrito de Sant Martí y patrocinadores, a parte de contar con el apoyo de Barcelona Activa.

En cada parada, los participantes reciben una pulsera de color. Muchos se retan entre ellos, a ver quién tiene más. En la rambla de Prim, tampoco faltan los disfraces. Se forman grupos de vecinos que cada año participan juntos, como los que aparecen disfrazados de zombis. «Llevamos tres años viniendo al Tastatapes», cuenta Javier Martínez, de 39 años, que parece ser el jefe zombi. «Los disfraces nos unen aún más y la verdad es que cada vez nos lo pasamos mejor», confiesa.

Paquistaní y ucraniana

La apuesta de los bares y restaurantes del barrio es tratar de ser los mejores y más originales, proponiendo tapas que sorprendan a los participantes. El bar Jorepa, de Muhammad Sharif, en la rambla de Prim, funde tradición paquistaní con «un toque de hispanidad» al servir un lecho de patatas y cebolla con queso, acompañado de beicon ligeramente picante. El bar Cazorla, en la misma calle, propone Sonrisa ucraniana, una croqueta con huevo y bechamel servida en una tortita de trigo. «Este año Tastatapes ha mejorado mucho, cada vez viene más gente de fuera», comenta con una generosa sonrisa la propietaria del bar, Anastasiya Tarasevych.