La fiesta del libro

Más que libros

+Bernat creció cuando convirtió a un grupo de clientes en socios que aportan dinero pero también ideas y participación para impulsar un amplio programa de actividades culturales

INMA SANTOS HERRERA
BARCELONA

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«+Bernat es una librería de barrio». Así la define su propietaria, Montse Serrano. Pero, como su nombre indica, es mucho más. +Bernat es un ejemplo de adaptación y reinvención del negocio. Cafetería, eventos nocturnos, presentaciones de libros, conciertos, desayunos en inglés, encuentros en chino, cenas... Estos son algunos ejemplos de su oferta paralela.

«Siempre he tenido claro que una librería es más que libros, es sorprender al cliente, y ahí entran en juego las actividades paralelas...», dice Montse, que se hizo cargo de la librería en 1978 --«en un arrebato supe que la quería»-- cuando acababa de licenciarse. Del negocio solo sabía que le gustaba leer, pero su intuición, su don de gentes y su amor por los libros la han convertido en una librera ideal, al menos para Reyes Milá que, como lectora, valora su capacidad para acertar en el difícil arte de la recomendación.

Reyes, como otros lectores, sabe que ese vínculo marca la diferencia entre confiar o no en un librero. «Relaciones humanas, eso es la +Bernat», dice esta licenciada en Historia. De hecho, esa gran telaraña de relaciones tejida por la librería con actividades paralelas -«excusas culturales», las llama Montse- es la clave para que haya crecido en espacio y como proyecto.

Hasta hace poco, +Bernat ocupaba un local de nueve metros cuadrados, poco espacio para demasiadas ideas. Para crecer necesitaba más espacio y dinero. La oportunidad llegó hace tres años, cuando cerraron el local contiguo («la cultura desbancó unsex-shop»,bromea Reyes). Entonces, un grupo de lectores fieles apostaron por el proyecto y se hicieron socios.«Cada uno aportamos dinero en forma de acción», explica Reyes. Ya son 50 y han aportado más que dinero: ideas, propuestas, participación¿

Montse afronta su 35º Sant Jordi, y en este tiempo, dice, ha habido cambios: el libro se ha popularizado, los lectores han aumentado, las editoriales han enloquecido¿«El primer año, mi parada era una tabla de metro y medio, no había más novedades», recuerda ante los 78.000 títulos al año de hoy. Una cifra que ella, como otros libreros, considera imposible de absorber. Un error de base que contribuye a la situación crítica de un sector que, además, ha visto emerger con recelo el libro electrónico.

Pero donde unos ven solo la parte negativa, Montse y Reyes ven un motivo más para defender el papel de las librerías. Es difícil enamorarse de un libro en soporte digital, dicen. Y aunque así fuera, «¿cómo te enfrentas a un e-booksin un librero, con miles de autores y un millón de títulos para escoger?», pregunta Montse.