Los protagonistas de la 'diada'

Los autores guiris alucinan

Joël Dicker, ayer, atendiendo a una de sus lectoras.

Joël Dicker, ayer, atendiendo a una de sus lectoras.

MARTA CERVERA
BARCELONA

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hay días que permanecen imborrables. El primer Sant Jordi es único para cualquier escritor. Ese es el caso de varios autores extranjeros que ayer debutaron en la fiesta del libro catalana, desde el joven suizo Joël Dicker, el norteamericano Mark Z. Danielewski, el veterano británico Frederick  Forsyth y su compatriota escocés Phillip Kerr. A falta del sueco Jonas Jonasson, sus personajes Nombeko y Allan también triunfaron entre los lectores que aguardaban pacíficamente junto a los estands.

Todos quedaron fascinados por la experiencia. Lo comentaban al acabar la tarde, cuando por fin dejaron descansar su mano y se alejaron de los teléfonos móviles con los que los fans inmortalizaron su encuentro. «Esto es fantástico», reconocía un animado Frederick Forsyth. Al gran jefe de las novelas de espionaje muchos fans le traían para firmar ediciones antiguas de Chacal junto a su última novela, La lista. Dedicatorias para padres y amigos se sucedieron en el puesto de El Corte Inglés del Portal de l'Àngel ante un escritor maduro entusiasmado por el espíritu de Sant Jordi. «He firmado muchos libros en mi vida pero nunca he visto nada igual», confesaba Forsyth. Al igual que con el veterano autor inglés, gente de todas las edades hizo cola para acceder al joven Dicker, que ha triunfado con su adictiva primera novela La verdad sobre el caso Harry Quebert, que ha vendido más de dos millones de ejemplares. Las 624 páginas del libro han enganchado a un público variopinto. «Creo que volveré cada año por Sant Jordi. He estado en muchos países pero no hay nada igual», destacaba ayer tras su maratón de firmas. «Sant Jordi es un flipe porque estás en plena calle y se nota una alegría y un ambiente muy diferente a la que percibes en una feria. Esto es una fiesta, es mucho más espontáneo», afirmaba Dicker, a quien el éxito de su primera novela, traducida a 37 idiomas, no le deja tiempo para escribir la siguiente. Ayer llegó procedente de Canadá y hoy ponía rumbo a Moscú. «Me emociona especialmente cuando los jóvenes, tan enganchados a internet y a los ipad, me dicen que mi libro es su favorito», resalta feliz este escritor con aire de modelo. Martí Gironell firmaba a su lado en La Central y cuando una lectora se acercó y le dijo al catalán: «Tú eres más guapo». Gironell, muy diplomático, contestó: «Hay gustos para todo».

ESQUINAZO A LA HUELGA / En Fnac Triangle, Mark. Z. Danielewski, autor de La casa de hojas, dio esquinazo a la huelga. Se acercó a quienes hacían cola y firmó de pie su primera novela, que ya va por la cuarta edición en castellano, estampando una gran  Z. «Es la inicial de mi segundo nombre», dijo. En Negra y Criminal, librería de la Barceloneta especializada en obras policíacas, Philip Kerr disfrutó firmando libros tras saborear un buen whisky. Se le adelantó Donna Leon, que visitó el local el día antes. «Sant Jordi hace recuperar la fe en el libro de papel. Expórtenlo».