Joan Roca y Ferran Adrià lideran el amplio pelotón de chefs

el mundo de los fogones ya es inabarcable. Por Sant Jordi igual pueden firmar libros dos gigantes como Ferran Adrià y Joan Roca que una actriz con mano para ligar salsas como Loles León o Pedro Palacios, el encargado de Las meriendas de Sálvame para Jorge Javier y su cuadrilla. Lógicamente, los números uno lo son por algo y concitan la atención por un boom que ha llegado para quedarse, según avisan sus protagonistas.

Roca, líder del mejor restaurante del mundo, es el chef de moda. Firmó sin parar en El Corte Inglés de la plaza de Catalunya, con su aire profesoral, en ejemplares de Cocina con Joan Roca, un recetario con «voluntad pedagógica y para gente muy diversa». Y explicaba las colas porque «la gente tiene ganas de cocinar en casa y nosotros hemos de fomentarlo». Para muestra, su plato para un día como ayer. «Antes de venir, he visto que entraban en casa unas múrgules extraordinarias para una tortilla. Le pondría algún moixernó, que empiezan a salir, y espárragos salvajes».

No muy lejos, en el paseo de Gràcia, Ferran Adrià actuaba con la cercanía propia del vecino al que vas a pedir, a última hora, ese alimento que has olvidado de comprar. Tipo campechano, firmaba, enviaba besos, se hacía fotos y saludaba sin desmayo a los compradores, mujeres la mayoría, de La comida de la familia. Un libro, decía Adrià, de lo que comían él y su gente en el Bulli, «un menú de 13 euros», y del que se han vendido «200.000 ejemplares». Recién llegado de Vancouver, disfrutaba de Sant Jordi y de lo que llamó su «experimento social». «Que los hombres cocinen, y no como un hobby, supone un cambio social brutal».

TORTILLA DE CHIPS / A la pregunta sobre su plato del día, soltó Adrià un «ni puñetera idea» antes de citar un clásico suyo: «tortilla de patatas chips». «Lo hago una vez a la semana. Se tardan cinco minutos». Más contundente fue el de Carles Gaig, que participa en el libro solidario Cuina fàcil dels grans xefs. «Una espaldita de cordero, rostideta y sin complicarte la vida». Gaig ha vivido el boom desde épocas lejanas. «Si me lo dicen hace 25 años no me lo hubiera creído. Entonces, íbamos a Francia para ver qué hacían. Ahora, los chefs franceses nos envían a sus hijos».

Lejos del bullicio del centro, en  la Diagonal, vivían su primer Sant Jordi Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nájera,  jurados de MasterChef. «La cocina es un fenómeno imparable», decía ella. «Me parece una fiesta muy emotiva, un acto de civismo», añadía él. Compartían mesa con la autora de Cocinando con Loles León. Cocina rapidito, cocina baratito. «Son recetas de herencia familiar. Nunca había firmado; me siento algo rara». El apuro se le pasó enseguida.