LITERATURA EN CASTELLANO

Almudena y Pilar

Dos damas de la ficción y la no ficción, Almudena Grandes y Pilar Urbano, encabezan con sus libros las listas de los más vendidos

ELENA HEVIA
BARCELONA

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Almudena Grandes, la gran superventas de ficción en castellano de  Sant Jordi, llega a media mañana entre aplausos al lugar, en la rambla de Catalunya, donde esta previsto que firme libros. Hace rato que se la espera, en general lectoras maduras y entregadas, y la escritora madrileña, cuya última novela, Las tres bodas de Manolita, es consciente de que va a tener que trabajar y mucho, firmando a destajo con dedicatorias elaboradas, mimadas a conciencia. Empática al máximo, lo mismo comenta algún dato de su novela vinculado a la historia familiar de la lectora de turno, como las posibilidades de que el Atlético, el club de sus amores, tiene de ganar la Liga y la Champions. Incluso un bebé ha tenido que coger en brazos para satisfacer a la mamá. «Cuando nos encontramos Joaquín Sabina y yo solemos competir sobre quién tiene el mejor público. Y él puede decir lo que quiera, pero es indiscutible el mejor público lo tengo yo», asegura en voz muy alta mirando al tendido y naturalmente el tendido enloquece: «¡Guapa!». Todo ello entre foto y foto. «Esto de escribir es una tarea muy solitaria y el encuentro con el lector es importantísimo», asegura.

No muy lejos, Enrique Vila Matas, firma  su nuevo libro, Kassel no invita a la lógica, y en un descanso elabora una de sus locas teorías, casi un cuento, sobre la moda de fotografiarse con el autor de turno. «Esto empezó en México, pero allí se fotografiaban a tu lado y era más cómodo, aquí hay una mesa por en medio y corres el riesgo de descoyuntarte. Luego pasó a Praga, donde un grupo de jubilados se dedicaban a imprimir fotos y te las hacían firmar con vistas al mercado negro. Me temo que esa costumbre ha llegado aquí», dice con sonrisa pícara.

¿Una autora de no ficción?

La minúscula figura de Pilar Urbano no se deja amilanar por el tráfago de firmas, no siempre constante. La controvertida periodista ha puesto patas arriba muchos de los datos que se manejaban sobre el 11-M con La gran desmemoria, la nueva biografía de Adolfo Suárez y su relación con el rey Juan Carlos, y se mantiene firme frente a las críticas y al descrédito impulsado desde la Casa del Rey. De hacerles caso, su libro debería estar en las listas de ficción. De momento está en lo más alto de las ventas del ensayo en castellano. «Me encanta que la gente descubra por fin lo que realmente ocurrió tras la manipulación de las actividades de la operación Armada, algo que no ha podido siquiera ser debatido en el Parlamento. Ya es hora de que se sepa que los Reyes no son los Magos, faltan luz y taquígrafos», asegura.

A última hora de la mañana, encontrarse con Bernardo Atxaga en pleno paseo de Gràcia es como un remanso de paz. Viene con su último libro, Días de Nevada, pero más que la promoción parece interesarle el trato directo y pausado con la gente. A punto de marcharse para comer, llega a toda carrera una barrendera -«desde Sant Adrià», dice- en fluorescente traje de faena que se lanza a comprar el libro y se lo entrega a Atxaga como un triunfo. «Es para mi amigo Kike, que me recomendó sus libro y quiero agradecérselo». Atxaga se admira: «En Sant Jordi pueden ocurrir este tipo de situaciones extraordinarias. Si un escritor dice que no le importan sus lectores no hay que creerle jamás. A mí me gusta pensar que tengo una familia  lectora, gente a la que le gustan mis libros por afinidades electivas».