Psicosis en Sant Boi al confundir un alunizaje con disparos terroristas

GUILLEM SÀNCHEZ / SANT BOI DE LLOBREGAT

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Una familia se peleó con los vigilantes de seguridad y terminó desencadenando un episodio de psicosis el sábado en el Alcampo de Sant Boi de Llobregat. Durante el forcejeo, iniciado para impedir la retención de dos jóvenes que habían sido pillados 'in fraganti' robando artículos del centro comercial, uno de los implicados en la reyerta se fue a buscar el coche y, para lograr que escaparan todos, lo estrelló contra las puertas de cristal, dos veces.

Consiguió su objetivo. Pero los dos estruendos, casi seguidos, fueron confundidos por “detonaciones” o “disparos” por algunos clientes. Corrió la voz y, con el recuerdo cercano del atentado múltiple de París, cundió el pánico.

Diana, que reparte propaganda en la galería donde ocurrieron los hechos, presenció toda la secuencia. La discusión comenzó junto a ella, después el barullo entre vigilantes, ladrones y familiares se alejó por el pasillo central. No tardó en escuchar los estruendos. Y por último, quieta, con sus panfletos en la mano, fue absorbida por la estampida de clientes.

“¡TODO EL MUNDO AL SUELO!”

La avalancha de personas se dirigió hacia el puesto de Diana gritando “¡todo el mundo al suelo!”, "¡hay disparos”. Algunos “comenzaron a tumbarse” y otros se agolparon contra las puertas automáticas. Ella eligió refugiarse en el bar que le quedaba más cerca. El propietario de este café, que vivió desde detrás de su barra la locura, era este domingo el único que asegura que no se contagió de la histeria colectiva. “Esto es Sant Boi, no es París”, sentencia impasible.  

Pero incluso él se preocupó cuando vio el colapso que estaban provocando los clientes -presa del miedo- contra las puertas de la salida. “Había empujones, caídas, pisotones y gritos”, recuerda Diana. Algunos negocios de la galería bajaron la persiana y la escena más surrealista se dio en el exterior, en la parte trasera del centro. Allí, tal como recoge una fotografía hecha con un teléfono, decenas de personas saltaron un muro considerable para poder huir. 

REACCIÓN EN CADENA

El psicólogo de la Universitat de Barcelona (UB), Antoni Andrés Pueyo, describe "el pánico" vivido en esta superficie comercial como un fenómeno de "generalización del miedo" entre las personas de un colectivo a través de "una reacción en cadena" similar a la del "juego del teléfono". Se corre la voz "y el último en enterarse" también es el que "más se asusta" porque ha recibido el aviso "más alarmista". 

LADRONES FUGADOS

El episodio de locura en Alcampo se empezó a gestar cuando dos jóvenes cogieron artículos en el centro comercial y los ocultaron bajo su ropa. Así trataron de pasar sin pagar por las cajas. Pero los vigilantes los esperaban afuera. Lejos de entregarse, se resistieron y enseguida recibieron el auxilio de su familia. Y se lió. 

“Había una pareja de ancianos, otra de mediana edad, dos críos y los dos jóvenes que pretendían robar”, todos contra los vigilantes, recuerda Diana. A unos de estos trabajadores de seguridad, de color, le llamaron “negro de mierda” en varias ocasiones. Tal como captan los dos vídeos adjuntados en esta noticia, de la discursión inicial se pasó a una pelea

La batalla se zanjó de golpe con el doble alunizaje. En las imágenes se observa cómo minutos después del violento choque, los vigilantes, superados en número -a pesar de la ayuda de un guardia civil fuera de servicio-, ceden. Su plan de fuga tuvo un daño colateral: desató una psicosis en el centro comercial que a punto estuvo de terminar en tragedia.

16 HERIDOS

Los Mossos d’Esquadra este domingo continúan buscando a cinco de los miembros de este grupo. Su robo, su enfrentamiento con los vigilantes y, al final, el doble alunizaje contra las puertas de cristal, provocaron una estampida en la que resultaron heridas 16 personas.

Los equipos médicos del Sistema de Emergencia Médicas que las atendieron sobre el terreno dieron el alta a 11 de ellas pero cuatro mujeres y un niño de 1 año tuvieron que ser trasladados al Hospital de Sant Boi y al Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, respectivamente. Fuentes del SEM detallan que en algunos casos se trataba de cuadros de ansiedad

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