«Todavía se ve el pasado de huerta de Sant Andreu»

Poeta y autor de novela negra y literatura de viajes, Jaume Benavente nació en Horta, pero sus libros lo hacen, poco a poco, en el distrito de Sant Andreu. De noche, cuando la mayoría de sus vecinos duermen, él aprovecha la calma exterior, e interior, para buscar historias.

Parc Fluvial del Besòs El río, límite y camino al mar«ME GUSTA VENIR AQUÍ. SIEMPRE HAY GENTE. LOS PAQUISTANÍS JUEGAN A FÚTBOL Y SUS MUJERES CHARLAN. LOS JUBILADOS PASEAN», DICE EL AUTOR

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CARME ESCALES / BARCELONA

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Tomàs Darné es periodista. Vive en la plaza de Mercadal de Sant Andreu, en una de cuyas esquinas está el restaurant Rabasseda, donde le encanta desayunar. Como de reportero no encuentra trabajo, Darné trabaja como taxista. A través de este taxista,  que es un personaje de ficción creado por Jaume Benavente (Barcelona, 1958), el autor pasea al lector por su barrios, el barrio en el que vive, Sant Andreu, y en el que nació, Horta.

Lluny d'aquí (2013) es el título de esta novela, policíaca, que también transcurre en Brasil, el país al que emigró Benavente, de pequeño, con su familia. Tenía  3 años cuando, con sus padres y su hermano, subió a un barco rumbo a Brasil, en busca de fortuna laboral. "Allí nacieron dos hermanos más", explica el autor de una quincena de libros. Poemas, primero, y luego novela negra, literatura juvenil y narrativa de viajes. Este último género le apasiona, porque sus páginas le permiten seguir viajando a destinos que primero descubre viajando de verdad. "Yo quería ser escritor y explorador, y es lo que practico con la literatura de viajes", reflexiona el autor, que el próximo mes de septiembre impartirá un curso de narrativa de viajes en la librería Altaïr de Barcelona.

A medianoche

Hace poco más de un par de meses, Jaume Benavente viajó a Chile, para presentar, en la Universidad de Santiago, la versión en castellano de su libro Nocturn de Portbou (La Temerària, 2014). Es una novela sobre Europa, las fronteras, la caída del muro de Berlín, historias de judíos hungareses de Budapest, nómadas e intelectuales, una historia explicada desde la estación de tren de Portbou.

En su viaje a Chile, Benavente quedó fascinado por el paisaje y la vida de la ciudad de Valparaíso. Y ahora, desde sus madrugadas en Sant Andreu, continúa explorando aquella ciudad desde el teclado de su ordenador, preparando una novela ambientada en Valparaíso. "Escribo desde las 11 de la noche hasta la una de la madrugada", precisa el autor de las novelas policíacas que tiene como protagonista a la inspectora holandesa Marja Batelaar El quadern de Nicolaas Kleen (2010) y Dibuix a les fosques (2014). Explorando sus lugares preferidos en el distrito en el que reside desde hace 25 años, llega hasta el río, allí donde la ciudad contempla a la otra urbe: Santa Coloma de Gramenet.

"Me gusta ese punto de frontera que tiene Sant Andreu, y su lejanía del centro de la ciudad", declara Benavente. "Horta también me gustaba por eso. Allí los límites los pone la montaña. En Sant Andreu, el río Besòs", añade.

Jaume Benavente trabaja en el Servei de Biblioteques del Departament de Cultura de la Generalitat, es padre de dos hijos y hace 30 años que escribe. "Yo soy mis libros", expresa. "Comparto mi mirada a través de los libros. Este es mi trabajo como escritor", afirma, mientras camina hacia esa frontera que fascina al autor, el Besòs.

"Suelo venir corriendo desde casa hasta aquí y, muchas veces, sigo corriendo hasta el puente del Petroli, en Badalona. Ese es mi límite, cuando no estoy demasiado cansado", confiesa. "Los vecinos de las casas baratas del Bon Pastor , de 1929, por cuyas calles me gusta pasar, deben alucinar, porque debo ser la única persona que pasa por allí corriendo en pantalón corto", dice Benavente."Hasta el castillo de Torre Baró también llego corriendo", dice.

Fabra i Coats

La virtud de Sant Andreu -destaca este escritor- es haber sabido conservar tantos vestigios, importantes, de su pasado industrial, su gran vida comercial, actual y en el pasado, y sus reminiscencias campestres. "Su pasado de huerta y tierras de cultivo todavía se puede ver, en ciertos rincones, como en los huertos que hay cerca de la estación del tren de Sant Andreu-Comtal. Desde los Jardins del Rec se ven bien", precisa el vecino.

Su profesión de escritor conecta a Benavente con uno de los rescates arquitectónicos más emblemáticos de Sant Andreu: la Biblioteca B. Ignasi Iglésias-Can Fabra. "La biblioteca de mi barrio es un equipamiento cultural muy importante", señala el escritor. Ocupa, desde el 2002 el edificio rehabilitado de la antigua fábrica de hilos Fabra i Coats. "En ella he hecho clubs de lectura y presentaciones. Es una gran pieza arquitectónica de Sant Andreu", puntualiza. "Como lo es también el gran espacio fabril - al otro lado de la calle de Sant Adrià- ahora destinado a estudios de artistas, entre otros usos. Yo, en un paisaje industrial así, antiguo, podría vivir", confiesa el vecino.

Jaume Benavente se instaló en Sant Andreu porque un amigo, en 1990, le anunció que se vendía una casa. Él la compró, salvó la fachada y rehabilitó todo su interior.