PRIORIDADES DE LA NUEVA LEGISLATURA

Unánime exigencia de más dinero para la sanidad pública

La red asistencial no soportará otra legislatura sin mejorar el presupuesto per cápita o sin renovar quirófanos y tecnología

Servicio de urgencias del Hospital Clínic de Barcelona.

Servicio de urgencias del Hospital Clínic de Barcelona. / DANNY CAMINAL

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El sistema sanitario público de Catalunya ha llegado hasta aquí, quinto año de crisis económica e inminente nueva legislatura, salvando lo fundamental de la asistencia que reciben los ciudadanos -incluso mejorando algunos indicadores de salud- a un precio social, de calidad de vida y profesional altísimos, imposibles de soportar a corto plazo, coinciden sin discrepancia los profesionales y gestores consultados. A no ser que exista la voluntad política oculta de liquidar lentamente el sistema asistencial público tal y como se estructura en la actualidad, añaden, será «imprescindible» que quien pase a dirigir la futura Conselleria de Salut restablezca en parte o totalmente el presupuesto perdido, 1.400 millones de euros desde el 2010.

De esa decisión -de la que solo discrepan algunos integrantes de la candidatura vencedora en las elecciones, Junts pel Sí- dependerá que la cifra destinada a la asistencia de cada ciudadano en Catalunya -1.120 euros per cápita ahora- se aproxime a la media disponible en el resto de comunidades autónomas -es de 1.600 euros en el País Vasco-, que se invierta en la imprescindible actualización de quirófanos y tecnología médica o diagnóstica, y que se devuelvan al sistema algunos de los profesionales perdidos, además de mejorar el mermado salario de los que siguen en ejercicio.

Sin eufemismos ni pronunciamientos convenientes de otra época -la mezcla ideológica surgida del 27-S los hace inútiles-, quienes ocupan puestos de responsabilidad en el sistema exigen ideas claras y liderazgo a quien asuma la dirección de la Conselleria de Salut. «Necesitamos que aumente el presupuesto de Salut, disponer de más cifra per cápita para abordar las listas de espera, mejorar el salario del personal, adquirir nuevas familias de fármacos importantes y renovar los equipos radiológicos y quirúrgicos de los hospitales, un capítulo congelado desde hace cuatro años que ya no admite demoras», enumera, rotundo, José Augusto García Navarro, director general del Consorci de Salut i Social de Catalunya, que agrupa a 56 hospitales públicos concertados, entre ellos, Clínic, Sant Pau, el Mar y Sant Joan de Déu. Coinciden con García Navarro, sin pronunciarse públicamente, los gestores de los  hospitales y CAP adscritos al Institut Català de la Salut (ICS).

El balance del último mandato del 'conseller' Boi Ruiz al frente de la sanidad catalana es «muy negativo», a juicio de Francesc Duch, secretario general de Metges de Catalunya, sindicato mayoritario entre los médicos. «Ha sacudido el sistema y lo ha hecho tambalear -sintetiza Duch-. Gracias al compromiso ético y la sobreexplotación laboral de médicos y enfermeras se mantienen los cimientos de la red asistencial. Hay que recuperar el presupuesto de Salut previo a los recortes». Esa partida fue de 9.875 millones de euros en el 2010, y de 8.467 millones en el 2015.

En una posición más conciliadora pero igualmente nítida en la reclamación de lo perdido, se sitúa Antoni Trilla, médico epidemiólogo del Hospital Clínic, buen conocedor del sector asistencial. «Es importante que la futura Conselleria de Salut mantenga el sistema público tal y como lo hemos tenido hasta ahora -indica Trilla, a modo de principios-y es necesario que intente recuperar el presupuesto. Tenemos la cantidad per cápita de hace siete años». «Pero, a pesar de todo lo que se ha dicho -añade-, no se ha privatizado nada, como nos habían amenazado algunos políticos».

El Servei Català de la Salut (CatSalut) ha contratado este año 16.000 intervenciones quirúrgicas a centros médicos privados para reducir las listas de espera del sector público y ha promovido, con escaso éxito, que los hospitales concertados ofrecieran atención y cirugía privadas para especialidades poco complejas, como vía para mejorar su financiación. Estas iniciativas quedan en entredicho a partir de ahora, dada la presencia de ERC en el futuro Govern, y la entrada en escena de la CUP, refractarios ambos a cualquier asociación con lo privado.

POSICIONES ENCONTRADAS

Aunque fuentes próximas al equipo del Govern en funciones no descartaban hace pocos días la continuidad de Boi Ruiz al frente del Departament de Salut -él mismo se ofreció-, existe coincidencia en descartarlo por indicación directa de ERC, que lo considera la viva imagen de los recortes y el peligro privatizador. Las opciones de un recambio con posibilidades de éxito no abundan. «Todo dependerá de si Esquerra exige dirigir Salut, una cartera que hasta ahora rechazaba», apuntan fuentes próximas a los negociadores. La persona escogida por ERC para este cargo, añaden, tendría un perfil más político que sanitario, una circunstancia poco conveniente en un sector estratégico y complejo, que absorbe el 40% del presupuesto de la Generalitat.

«El sistema sanitario no puede detenerse -sintetiza Jaume Padrós, presidente del Col·legi de Metges de Barcelona-. Debe ser dirigido por una persona eficiente, capaz de recuperar el presupuesto del 2010, que cambie la organización en los centros dando la autoridad a los profesionales, y que sepa afrontar un futuro en el que lo social y lo sanitario avanzarán al unísono».