RECURSOS BENEFICIOSOS

Trucos contra el dolor

El hospital Sant Joan de Deu presenta un nuevo programa de tratamiento sin dolor para sus pacientes. Fotografia de Jordi Cotrina

El hospital Sant Joan de Deu presenta un nuevo programa de tratamiento sin dolor para sus pacientes. Fotografia de Jordi Cotrina / periodico

ÀNGELS GALLARDO / BARCELONA

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El dolor que causa la extracción de unos puntos de sutura a un niño de 4 años, o la colocación de un vial inyectado en vena al mismo pequeño, puede ser enorme o francamente leve, según sea la percepción e importancia que el chico, sus familiares y los sanitarios que le atiendan concedan al procedimiento médico. Partiendo de esa idea, el Hospital de Sant Joan de Déu,Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues, ha elaborado un protocolo, de obligado cumplimiento en el centro, que intentará que los niños atendidos no sufran dolor, ansiedad, miedo o pánico ante la idea de entrar en un ambiente hospitalario para que le apliquen una prueba diagnóstica o el tratamiento que está siguiendo. Y, por supuesto, se proponen que el dolor que después sientan sea el mínimo.

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"No es tolerable, hoy en día, que un niño sienta dolor o ansiedad cuando le realizan un pequeño procedimiento en un hospital", ha afirmado Marina Perelló, anestesióloga del Sant Joan de Déu, en la presentación de la iniciativa. Este centro destaca entre los hospitales infantiles por su contante innovación en la aplicación de los procedimientos médicos, y mantiene el objetivo de hacer "amables" todas las actuaciones asistenciales. 

ESCALA DE DOLOR

El uso de cremas anestésicas para adormecer la piel que rodea la zona a pinchar, el recurso a la mascarilla de óxido nitroso mezclado con el 50% de oxígeno como forma de sedar, sin dormir, para aligerar el dolor y la ansiedad ante una comprobación diagnóstica, la utilización de un dispositivo en forma de abeja, llamado Buzzy, que distrae los nervios cercanos al punto a tratardistrae con la aplicación de frío y vibración o la opción de administrar unas gotas de agua con sacarosa como método analgésico, serán herramientas empleadas a partir de ahora por los profesionales del hospital. No solamente en las áreas de urgencias, al entrar en un quirófano o mientras se permanece hospitalizado, áreas donde ya se intebntaba minimizar el dolor con recursos de distracción imaginativos, sino en cualquier acto médico recibido en el Sant Joan de Déu. La idea, sin precedente en el hecho de que se ha convertido en un protocolo de actuación, se aplica desde hace cuatro meses.

"Un hospital está lleno de dolor, y nos llegan niños con enfermedades que sin duda los hacen sufrir y se les sitúa en unas salas donde, muchas veces, no se dejaba entrar a los padres --afirma Perelló--. Nuestro programa está orientado a pensar en el niño e intentar ayudarlo en los pequeños procedimientos que se solían resolver diciendo eso de 'es un momento, no pasa nada'. El pequeño enfermo tiene derecho a estar informado de todo lo que le haremos, y ha de estar convencido de que le causaremos el menor dolor posible".

OTRO TORNIQUETE

En todos los actos médicos que se realicen en el Sant Joan de Déu, que atiende a niños y adolescentes de 0 a 18 años, el paciente deberá responder a la escala de dolor, una gráfica graduada de 0 a 10 con la que el niño indicará si percibe 3, 8 o 0 grados de dolor. El método es un perfecto indicador para los sanitarios que le atienden, aseguran sus promotores. Cuando sea preciso colocar un catéter en vena, proceso que exige ligar con una goma el bíceps del brazo, para que actúe de torniquete e interrumpa temporalmente la circulación sanguínea, los niños ingresados o atendidos en el Sant Joan de Déu dispondrán de una cinta elástica, de diseño muy amable y denominada detector de valentía, con la que se sustituirá a los anteriores torniquetes. Al finalizar un proceso, el niño recibirá un certificado de valentía reforzado con unas "palabras mágicas", explica la enfermera Encarna Gómez, generadora de la iniciativa.

El objetivo global es reducir "en un 10%" la percepción de dolor que relatan los pequeños enfermos indica el doctor Miquel Pons, director médicos del Sant Joan de Déu. "El dolor es una sensación subjetiva, una percepción. Si no hay percepción, no hay dolor", afirma Pons.