La conspiración del silencio es la gran enemiga de la salud sexual de la pareja

Relación de vasos comunicantes

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«Cualquier disfunción sexual, en pareja, pertenece a ambos miembros, no únicamente a la persona en la que se evidencia el problema, puesto que afecta directamente a la relación sexual del otro», sentencia la médica especialista en sexología Francisca Molero.

Como si se tratase de vasos comunicantes, cualquier problema personal de uno de los dos miembros, sea de la tipología que sea, puede acabar repercutiendo en la actividad sexual de ambos. «Cuando alguno de los dos miembros tiene un problema sexual desde hace tiempo, acaba evitando exponerse a tener relaciones sexuales», explica la sexóloga. «Tanto el hombre como la mujer que evita las relaciones sexuales se siente mal y, en muchas ocasiones, también se siente culpable por no poder responder a las expectativas de su pareja», prosigue Molero. «La pareja, por su parte, también se siente insegura, al no saber si insistir o no en su demanda de la relación sexual, incluso llega a albergar dudas con respecto a la atracción o el tipo de sentimientos que despierta en la otra persona, entrando así en un círculo vicioso cuyo problema es la conspiración de silencio que, por lo general, se acaba instaurando en la pareja», puntualiza la especialista, que en su consulta del Institut de Sexologia de Barcelona trata las disfunciones sexuales de pareja, siempre con sus dos miembros.