Gente corriente

María José Meseguer: "Hoy llenamos la ciudad de gracias y esperanza"

Psicóloga de formación y entusiasta voluntaria, es una de las mil personas que hoy recogen fondos para investigar el cáncer

«Hoy llenamos la ciudad de gracias y esperanza»_MEDIA_1

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CARME ESCALES

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Comentaba en nuestras páginas de Distritos hace unos meses el investigador Manel Esteller, en un paseo por Sant Gervasi, que cada día nos cruzamos en la calle a muchos exenfermos de cáncer para los que 20 años atrás no había ningún tratamiento. Lo decía quien pilota uno de los más esperanzadores viajes de la ciencia: el que persigue la cura del cáncer. Los mil voluntarios de la AECC-Catalunya contra el Càncer que visten chalecos verdes hoy en las calles de Barcelona recogen donativos para que ese viaje no cese hasta cumplir su misión. María José Meseguer (Sabadell, 1971) estará en Les Corts.

-¿Es su primera colecta con la AECC? La tercera. El pasado año, y el anterior, estuve en la puerta del mercado de Horta.

-¿Qué la llevó a hacerse voluntaria? Yo ya hacía otro voluntariado, en El Teléfono de la Esperanza, y tenía ganas de hacer algo más. Como viví algún caso de cáncer en la familia, y conocía la labor de la AECC, hace tres años contacté con ellos, hice su formación para voluntarios y estoy encantada.

-¿En qué más colabora con ellos? De momento, he estado seis meses visitando semanalmente a una señora que tenía cáncer y ocho meses en el servicio de radiología del ICO (Institut Català d'Oncologia).

-¿Allí qué hacía? En consultas externas, un compañero voluntario y yo, montábamos un puesto con revistas para que los pacientes que van a hacerse el tratamiento se distraigan. Repartíamos caramelos, agua, infusiones y dábamos conversación a quien la pedía.

-Muchos voluntarios suelen decir que reciben más de lo que dan, ¿lo comparte? Sí. Cuando te mueves desde el corazón y el interés sincero en ayudar, cuando das, sientes que, haciéndolo, sumas algo, y esa satisfacción de aportar es para ti.

-¿A qué se dedica profesionalmente? Ahora estoy en el paro, he trabajado en recursos humanos y como auxiliar técnica educativa, la cuidadora de toda la vida, con personas con diversidad funcional. Eso me gusta mucho. Y la gente me dice: 'con tantísimas cosas que haces con gente, como voluntaria, no te será difícil encontrar trabajo'. Pero ya llevo tiempo, fácil no es. Mientras doy voces, toda la ayuda que dedico a campañas puntuales o a mis voluntariados habituales, me hace sentir que nada de mi tiempo está perdido, y el ánimo, aunque tengo mis ratos bajos, va recibiendo muchos momentos de gratificación.

-El día de la colecta para la investigación -hoy- debe de tener momentos de esos. Sí, es cuando pienso: hoy llenamos la ciudad de gracias y esperanza. En enero nos reunieron en Castelldefels a todos los voluntarios y nos pusieron al día del avance en investigación. Entonces te das cuenta de que la esperanza y la investigación van de la mano. Por eso, cada moneda que entra en las huchas suma esperanza y también el gracias tuyo y el de quien te dice: gracias a vosotros por la labor que hacéis. Saben, y yo la primera, que nadie estamos libres del cáncer, directa o indirectamente.

-¿Hay otras actividades previstas para el día de la colecta, además de su trabajo? En la carpa de la AECC (paseo de Gràcia- Aragó) se recrea un laboratorio que los científicos dan a conocer. Y se reparten iris blancos, la flor de la esperanza, como esta que llevo en la solapa -en la foto-.

-Rodeada de tanta esperanza, tiene que encontrar trabajo ya. Su labor en El Teléfono de la Esperanza, ¿cuál es? Escuchar. Somos escoltas activos cada hora del año. Para mí, que no he trabajado la psicología en ambiente clínico, es muy enriquecedor. Y estoy en la asociación Tots vàlids, en la Taula de Discapacitats, y en proyectos de mejora de la educación en Cerdanyola. Y en todas partes veo esperanza.