Reivindicación

Los médicos piden que la cirugía del cáncer de mama incluya buen resultado estético

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Àngels Gallardo / Barcelona

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Los cirujanos especializados en la extirpación de tumores malignos de mama, sobre todo los que ejercen en algunos grandes hospitales públicos de Barcelona -los de Bellvitge, Sant Pau y Vall d'Hebron, entre ellos-, tienen especial cuidado en que sus pacientes salgan del quirófano con los dos pechos estéticamente armoniosos. Esto implica aplicar técnicas de cirugía plástica -llamada oncoplastia- en el mismo acto médico en que se elimina el cáncer. Se hace así en casi el 25% de las intervenciones que conservan la parte sana del pecho operado.

En el 75% de la cirugía del cáncer de mama que se realiza en Catalunya se opta por mantener la estructura del pecho operado que sufría el tumor -una vez eliminado-, lo que no siempre permite un buen resultado estético. De hecho, si esas intervenciones no se complementan con cirugía plástica, conducen a un mal aspecto en el 20% de las pacientes, una fealdad que, a medida que disminuye la máxima preocupación inicial -que es la presencia del cáncer y su deseo de eliminarlo de inmediato-, va poniendo al descubierto un malestar personal que puede llegar a condicionar la vida social y sexual de la afectada.

Una fealdad preocupante

"Si no se les aplica oncoplastia pueden quedar con desviación de los pezones, con un pecho más grande que el otro, alteraciones de la forma de la mama operada o con evidentes asimetrías entre una y otra", describe la cirujana María Jesús Pla, responsable de la Unidad Funcional de Mama del Hospital del Bellvitge, centro que impulsó en Catalunya la conveniencia de que los equipos de cirugía del cáncer de mama valoren el resultado estético y se ocupen de conseguirlo. "No es aceptable que una mujer que enferma de cáncer de mama en una población de Catalunya cuyo hospital no dispone de equipo de oncoplastia quede con un mal resultado estético", advierte Pla, que insta a que los cirujanos tengan presente la posibilidad de derivar a esas pacientes a un centro que disponga de recursos oncológicos, quirúrgicos y plásticos.  

"En el 25% de las operaciones en que extirpamos el tumor y conservamos la parte sana del pecho remodelamos la mama con su propio tejido -añade Pla-. Esto es posible si la mujer tiene pechos grandes. Cuando no es así, los reconstruimos con piel, grasa o músculo que extraemos de la espalda o el vientre de la paciente". Si como resultado de la intervención oncológica el pecho que enfermó debe perder tamaño, el que no sufría el cáncer también se reconstruye, empequeñeciéndolo hasta dejar las dos mamas iguales y perfectamente simétricas, prosigue la cirujana.

El cáncer de mama, del que este jueves se convoca el día mundial, es la primera causa de muerte entre las mujeres debida a tumores malignos. Cada año se diagnostican cerca de 27.000 nuevos casos en España (4.600 en Catalunya). En la actualidad, lo sufern unas 100.000 españolas. Cuando estos tumores se detectan en fases incipientes, un 85% de las pacientes sobreviven a ellos y siguen libres de cáncer cinco años después del diagnóstico. Los programas de cribado del cáncer de mama -que se realiza por medio de una mamografía bianual- acogen cada año a 280.000 mujeres de 50 a 69 años en Catalunya.

En el surgimiento de un tumor de mama interviene la mutación de varios genes, pero únicamente un 5% de estas formas de cáncer son clasificadas como genéticas hereditarias por estar motivadas por unos fallos genéticos específicos que se transmiten entre las mujeres de una misma familia. El resto de tumores son susceptibles de algún tipo de prevención.

El Código Europeo contra el cáncer sugiere mantener un peso saludable, lejano a la obesidad, especialmente después de la menopausia. Practicar actividad física de forma regular, especialmente el ejercicio aeróbico que propociona la natación o el ciclismo. Reducir el consumo de alcohol, eliminar el de tabaco y practicar la lactancia materna si se presenta esa ocasión, son otros consejos considerados positivos para alejar el riesgo de cáncer de mama.

También se considera demostrada la influencia del estrés emocional continuado en la precipitación de un tumor maligno de la mama. La algeración hormonal a que conducen las situaciones estresantes prolongadas inciden de forma negativa en el sistema inmunológico humano y reduce sus defensas ante eventuales mutaciones genéticas que intervienen en la aparición de un cáncer.