LA NUEVA CRISIS SANITARIA

El comité de hepatitis C admite que sí hay un problema de dinero

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Mientras el Gobierno y los portavoces del PP insisten en asegurar que el reparto de los nuevos medicamentos contra la hepatitis C es un problema médico y no económico, el presidente del comité de expertos creado por el Gobierno, Joan Rodés, lo abordó ayer desde una perspectiva muy diferente. «Si el precio de los nuevos fármacos contra esta enfermedad fuera el de la aspirina no estaríamos hablando de esto», reconoció en una entrevista con Efe.

El prestigioso hepatólogo barcelonés critica que «los precios sean excesivamente altos» y espera que el Gobierno logre «algo» en la negociación que mantiene con las farmacéuticas. «En cierto sentido es como sentirse con la miel en los labios, porque los fármacos tienen pocos efectos secundarios y un altísimo índice de curación del virus, tanto en pacientes que han desarrollado cirrosis como los que se encuentran en fases previas», agrega.

Él reconoce que si tuviera el virus pensaría igual que las asociaciones de pacientes y admite también que, al menos en apariencia, ha sido gracias a ellas que las autoridades han reaccionado. «Lo que sé es que la pasada semana me llamaron para ver si quería liderar este lío», señala.

DESCONFIANZA DE LOS ENFERMOS

Aunque por cuestiones económicas, pero también por falta de personal médico, no pueda administrarse la medicación a todos los afectados, Rodés sí cree que  con su propuesta podrán «cambiar bastante todas las indicaciones terapéuticas» para que «se traten los casos más graves y los que lo necesiten más». Estos incluirían tanto a los pacientes con cirrosis como a los que han desarrollado una fibrosis intensa. Como ya avanzó el día anterior, los demás serían tratados más adelante, porque «pueden esperar» sin problemas.

La Plataforma de Afectados por Hepatitis C reaccionó con un discurso ambivalente frente a la constitución del comité gubernamental. Por un lado, su presidente, Mario Cortés, lo consideró «un obstáculo» entre los médicos que son «los que deberían prescribir los medicamentos» y los pacientes. El vicepresidente de la asociación, Damián Caballero, no vio mal las primeras propuesta apuntadas por Rodés, pero mostró su desconfianza con respecto a que el Gobierno se las deje llevar a cabo.

La clave, para Rodés, es que las comunidades autónomas suministren, tal como se les ha pedido, las cifras del número de pacientes y de cuantos reciben tratamiento. Solo así se podrá cuantificar la cantidad de fármacos necesarios y cuál podría ser su coste. Hasta ahora todos los cálculos se han basado en simples estimaciones.