En Catalunya nacieron 20.000 niños menos en el 2016 que en el 2008

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Àngels Gallardo

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La cifra de nacimientos en Catalunya mantiene una marcada curva descendente desde hace más de un decenio y no existen medidas dirigidas a frenar la tendencia. En el 2016 nacieron 68.902 niños, la cifra más baja de los últimos 14 años; entonces llegaban al mundo más de 80.000 pequeños anuales. Así, el año pasado nacieron 20.000 niños menos que en el 2008, momento de máxima natalidad, debida fundamentalmente a la llegada de inmigración, informa el documento sobre la evolución en salud perinatal en Catalunya.

La reducción de nacimientos se produce con mayor intensidad entre la población autóctona, con un descenso del 3,9% de partos. Entre los inmigrantes, la menor natalidad se cifró en un 1,9%. Un 51,5% de los nacidos en el 2016 fueron niñas.

Las dificultades laborales que con frecuencia sufren las mujeres que anuncian en sus empresas el inicio de un embarazo, y la escasez de recursos para compatibilizar la crianza de un hijo con una actividad productiva son dos de los principales motivos que explican esta tendencia. Catalunya destaca en el resto de España y Europa en este aspecto. 

Un 38% de las mamás tenían más de 34 años en el momento del parto. En el 2007, la proporción de madres mayores de 34 fue del 24%. La mayor proporción de mujeres que tuvieron un hijo a tan avanzada edad, un 43%, fueron autóctonas. La mamás más jóvenes proceden de Asia.

Más nacimientos muy prematuros

Un dato relevante difundido por la Generalitat alerta del incremento de nacimientos ocurridos de forma extremadamente permatura -antes de la semana 32 de gestación-, que en el 2016 afectó al 11,6% de los recién nacidos, cuando en el 2012 habían sido un 9,4%. La prematuridad general -nacimiento antes de la semana 37 de gratación-, en cambio, ha descendido ligeramenete, afectando el año pasado an 7% de los partos, cuando en el 2012 habían sido un 7,3%.

La prematuridad, en especial la extrema, condiciona de forma sustancial el porvenir de los niños afectados, que llegan al mundo con sus sistemas orgánicos extraordinariamene inmaduros, en especial, el digestivo y el pulmonar. En ocasiones, también muestran alterciones psicomotrices, que se debe intentar recuperar en los primeros años de vida. La edad avanzada de las madres actuales, y el consumo de sustancias tóxicas por parte de algunas de ellas -un 44,9% de las mujers que fueron madre en el 2016 dejaron el tabaco durante la gestación de su hijo-, son algunos de los factores que, indican los expertos, explica que los embarazos no logren completar el ciclo biológico natural y conveniente.

Partos elegidos

Los partos por cesárea fueron en el 2016 un 27,4% del total -un 38,3% en los centros sanitarios privados y un 22,7% en los públicos- una proporción ligeramente inferior a la registrada hace tres años. Salut ha advertido en repetidas ocasiones sobre la conveniencia de que hospitales públicos y centros médicos privados reduzcan las proporciones de patros por cesárea, que convierten al nacimiento de un hijo en una intervención quirúrgica con riesgos asociados.

Esta práctica, no obstante, es escogida por numerosas mujeres que acuden al sector privado, ya que permite planificar el día y hora del nacimiento de su hijo. Los centros privados, a su vez, promocionan esta técnica quirúrgica, que, naturalmente encarece la factura del proceso ya que la mujer debe permanecer ingresada durante cuatro o cinco días, el triple de tiempo que si el parto ha sido natural.     

La forma de alimentar a los recién nacidos tiende hacia los métodos naturales, indica Salut. En el 2016, un 87,5% de los bebés fueron alimentados con leche materna en los primeros meses de su vida, cuando en el 2010 había sido así para un 81,4% de recién nacidos. Amamantaron a su hijo el 85% de las mamás autóctonas, frente al 94% de las procedentes del extranjero.