CONTRA LOS DOLORES

Barcelona, capital mundial de la artrosis

La enfermedad de las articulaciones es la segunda causa de baja laboral en España

Un grupo de ancianos en silla de ruedas en una actividad en la playa de Badalona, en una imagen de archivo.

Un grupo de ancianos en silla de ruedas en una actividad en la playa de Badalona, en una imagen de archivo.

DAVID GARCÍA MATEU / BARCELONA

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Sí, es un tópico de la visita al médico: ‘muévase; haga deporte’. Pero aunque en ese momento el paciente no lo pueda considerar necesario, sus articulaciones serán una especie de caja negra sobre el caso que se haya hecho al doctor. Barcelona es capital mundial de asuntos sociales, tecnológicos y un largo etcétera de entes, pero ahora también lo es de la artrosis. Una enfermedad que se suele asociar como algo inevitable de la edad, pero que en realidad se puede prevenir según los especialistas.

La recién creada OAFI, o dicho de otra forma: la Fundación Internacional por la Osteoartritis (por sus siglas en inglés), así como las asociaciones de pacientes más importantes de los continentes americano y europeo, han decidido unir fuerzas y situar su sede central en la capital catalana. La intención es desarrollar programas de investigación y dar apoyo a los pacientes que sufren la enfermedad en sus articulaciones. Según el mismo fundador y presidente de OAFI, Josep Vergés, solamente en España hay siete millones de personas que sufren artrosis. De hecho, las dolencias son el segundo motivo de baja laboral, por detrás de la depresión.

ENFERMEDAD OBVIADA

Entre Europa y América se calcula que hay 270 millones de personas con artrosis. “Es la enfermedad crónica más importante del mundo”, apunta Vergés. “Debería estar mejor considerada y atendida”. Según el doctor, “hay mucho desconocimiento acerca de la enfermedad y se suele decir que ‘no mata’, pero eso no es cierto, ya que si un paciente padece artrosis y además tiene diabetes, hipertensión u obesidad, el papel de la artrosis es demoledor”. Un círculo vicioso. “Si no se puede andar, no se puede perder peso, y si no se pierde peso, no se puede bajar la tensión arterial ni la diabetes”, resume.

Se espera que en un futuro la esperanza de vida se fije entre los 80 y 100 años. “Unas edades a las que necesitaremos llegar lo más saludables posibles”, dice el director de OAFI, quien incide en que “en ocasiones se le da mucha importancia a los cánceres, porque la tienen, pero no podemos olvidar que después de curarlos, la gente tiene que conservar unas articulaciones que funcionen bien, no para acabar en una silla de ruedas”.