Los farmacéuticos alertan de que les empiezan a faltar productos porque no pueden pagarlos

Los farmacéuticos catalanes han descartado cerrar sus establecimientos en protesta por el impago de la Conselleria de Salut de las recetas públicas que han dispensado desde el pasado noviembre. La medida fue votada ayer por un 51% de los boticarios, pero sus colegios profesionales se habían comprometido a impulsar las propuestas que reunieran dos tercios del total de los votos. De forma general, los farmacéuticos consideran que cerrar sus establecimientos no ejercería "ninguna presión" sobre los responsables de Salut y Economia.

Sí realizarán los farmacéuticos tres de las medidas más votadas: una manifestación hasta la plaza de Sant Jaume, en un día por concretar de la próxima semana, la reclamación legal a la Generalitat de los intereses de demora que acumulan sus impagos y reunir firmas en defensa de las farmacias para entregarlas en el Parlament de Catalunya y en el Parlamento Europeo. El conseller de Salut, Boi Ruiz, advirtió ayer de que "no puede garantizar" ninguna fecha de pago para los farmacéuticos, una posición que justificó en la dificultad de financiación de la Generalitat por la actitud del Gobierno central.  

La situación inmediata y futura de las 3.200 farmacias catalanas es "crítica y muy grave" según ha reiterado Jordi de Dalmases, presidente del Consell de Col.legis de Farmacèutics de Catalunya. "Muchas farmacias, calculamos que un centenar, ya no reciben suministro de fármacos de algunos de sus distribuidores, porque no pueden pagarles", afirmó Dalmases. "En las próximas semanas, se producirá un desabastecimiento progresivo de los medicamentos más costosos o que no se soliciten por encargo. En estos momentos, ya han dificultades para el suministro de los fármacos ", añadió. Catorce farmacias catalanas ya han cerrado sus puertas, una situación que mantendrán de forma provisional durante los dos próximos años. Si transcurrido ese plazo no disponen de recursos, el cierre será irreversible.