Gracias, crisis

NIL BERTRAN

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Ahora que dicen que poco a poco te vas yendo. Te doy las gracias, crisis. Te doy las gracias por las lecciones que nos dejas, porque ahora sabemos más que nunca que nadie nos va a regalar nada, especialmente a los jóvenes. Este sistema que nos ha educado nos da ahora el último empujón… al vacío. Un dato: 56 % de paro juvenil. Las cifras hablan por sí solas. Pero creo que hay soluciones, y que la mejor no siempre es huir del país.

Gracias a ti, crisis, hemos aprendido mucho. Quizá seas una de las mejores lecciones que la vida haya podido darnos, una de aquellas que no deberían olvidarse. Contigo nos hemos dado cuenta de quiénes son los que se han aprovechado del sistema, hemos aprendido en quién no confiar y también hemos podido ver en quién sí podemos hacerlo: en nosotros mismos.

Parece que lo peor ya ha pasado, que estamos saliendo de la recesión, pero pase lo que pase nunca te olvidaremos, crisis. Debemos tener muy en cuenta todo lo que hemos vivido para que no se repita y, ahora, empezar de nuevo. Porque sí, porque podemos.

Antes de empezar a pensar en la recuperación me gustaría citar a Einstein: "No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo". Este sistema ha fallado, no pretendamos salir de la crisis con el mismo modelo que nos llevó a ella, no permitamos que nos engañen otra vez. Ahora somos los jóvenes quienes debemos dar un paso al frente. Sí, la 'generación perdida'. Somos la generación más formada de la historia y a la que menos oportunidades se le ha brindado; ahora tenemos que demostrar que queremos un país mejor, un país diferente. Estamos formados y preparados, solo nos falta tomar consciencia de ello y actuar. Cuando nos demos cuenta de nuestro potencial y decidamos actuar, seremos imparables.

Podemos empezar por buscar a los responsables de la crisis. Ahora sabemos quiénes son, y ellos no han sufrido sus consecuencias, así que debemos ponerlos en su sitio: entre rejas, por ladrones. Están demasiado tranquilos y tienen que pagar por lo que han hecho. Parece que hemos olvidado que vivimos en una democracia y que el poder lo tiene el pueblo, nosotros, los que sí hemos sufrido las consecuencias de esta crisis. Tenemos que despertar y no parar hasta ver a los políticos corruptos, a los banqueros irresponsables y a los especuladores en el juzgado primero, y en prisión después.

Cuando estos sinvergüenzas estén donde se merecen ya tendremos mucho ganado; solo entonces podremos empezar a trabajar para crear un nuevo país para todos. Necesitamos un país con igualdad de oportunidades, independientemente de cómo nos llamemos o de dónde vengamos. También es primordial impulsar la recuperación de los derechos sociales perdidos para construir el Estado del bienestar que merecemos, mejor que el que teníamos si cabe.

Debemos apostar por una regeneración democrática real con nuevos políticos; los actuales han perdido todo el crédito que se les podía dar. Necesitamos hijos de la democracia, gente honrada que nos inspire confianza. Sería ideal un sistema más participativo que tuviese en cuenta la voz del ciudadano en las decisiones que más le afectan, no solo cada cuatro años para pedirle el voto. Un sistema de referéndums periódicos inspirado en el modelo suizo sería beneficioso para todos.

No conozco el remedio para la crisis, ni mucho menos. Esto solo son cuatro líneas de un joven de 21 años que lleva viviendo desde el 2008 una auténtica lección de realismo y que ha intentado interesarse siempre por el mundo que le rodea. Un joven que cree profundamente que el cambio es posible y que, si queremos, podemos.