REPERCUSIONES DEL 'CASO NÓOS'

La Zarzuela a la infanta Cristina: "Lo siento Alteza, pero no cuento con usted"

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin salen del hospital Quirón San José tras visitar al rey Juan Carlos, en noviembre del 2012.

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin salen del hospital Quirón San José tras visitar al rey Juan Carlos, en noviembre del 2012. / nip

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"Lo siento Alteza, pero no cuento con usted". Con estas palabras un alto cargo de la Casa del Rey comunicó a la infanta Cristina que no la llamarían más para participar en actos oficiales de la familia real, como consecuencia de la investigación que el juez José Castro había abierto en torno a los negocios presuntamente irregulares de su marido, Iñaki Urdangarin, duque de Palma. Con esta decisión los responsables de Zarzuela intentaban establecer un cortafuegos y evitar el desgaste que la instrucción del 'caso Nóos' estaba provocando a la institución.

La hija menor de Juan Carlos no lo encajó mal. Al contrario, entendió esa decisión, según han asegurado fuentes de la Zarzuela. No fue tan comprensivo Urdangarin, que no se explicaba cómo la Casa del Rey le daba la espalda cuando en diciembre del 2011 el jefe de la Casa, Rafael Spottorno, anunció a los medios de comunicación que el duque de Palma quedaba apartado de la agenda oficial por su comportamiento "no ejemplar". Urdangarin llamó a la Zarzuela para quejarse de que con esas manifestaciones sobre su conducta le estaban condenando de antemano.

"¿Y qué pasa con la infanta Cristina?", preguntaron enonces los periodistas. "Ya veremos", les contestó Spottorno. Lo cierto es que desde ese mismo momento la duquesa de Palma también quedó fuera de los actos de representación de la familia real, por los que llegó a cobrar algún año hasta 72.000 euros de la partida que los Presupuestos Generales del Estado reservan cada año para el mantenimiento de la familia y Casa del Rey.

Nucleo central de la familia real

Los casi tres años que lleva abierto el sumario del 'caso Nóos' han sido dolorosos en el Palacio de la Zarzuela. Al fin y al cabo, afectan a la hija y hermana de Juan Carlos I y Felipe VI, al tiempo que han supuesto un enorme desgaste en el prestigio de la Corona. El 'caso Nóos' vino a demostrar lo que desde hace años pensaban en la institución: la inconveniencia de que un miembro de la familia real cobrase de los presupuestos del Estado una cantidad que, por no equivaler a un sueldo, compaginaba con otras actividades remuneradas en la empresa privada.

En la Zarzuela querían diferenciar entre el núcleo central de la familia (Juan Carlos, Sofía, los entonces Príncipes de Asturias y sus hijas), los únicos que vivían exclusivamente del presupuesto del Estado, de las infantas Elena y Cristina que, aún siendo miembros de la familia real, deberían, poco a poco, acabar desempeñando el papel que realizan las hermanas del rey Juan Carlos, las infantas Pilar y Margarita.

Un alto cargo de Zarzuela reveló esta estrategia en diciembre del 2011, en pleno estallido del 'caso Nóos'. La noticia fue bien recibida entre la opinión pública pero cayó como un jarro de agua fría en el domicilio en Washington de los duques de Palma. Un día después de que toda la prensa llevara en sus portadas que la Zarzuela estudiaba limitar la familia real a los entonces Reyes, Príncipes y sus hijas, la Casa del Rey rectificó y destituyó al jefe de prensa, Ramón Iribarren, que fue relevado por Javier Ayuso.

Presión de la opinión pública

Pero la presión de la opinión pública sobre la Zarzuela, pidiendo una reacción ante el escándalo de los negocios de Urdangarin no hacía más que crecer. Unos días después se produjo el famoso encuentro de Spottorno con los medios en los que reconoció que el comportamiento de Urdangarin, que según el juez Castro se valió de su condición de yerno del Rey para obtener jugosos contratos con las administraciones balear y valenciana, había sido "poco ejemplar".

Spottorno, que desde septiembre del 2011 dirige la Casa del Rey y que será relevado esta semana por el abogado del Estado Jaime Alfonsín, ha tenido que hacer en numerosas ocasiones de poli malo. Así por ejemplo, le llovieron las críticas cuando la Zarzuela decidió situar por vez primera a la infanta Elena fuera de la tribuna presidencial, donde se sitúa la familia real, en el desfile militar del 12 de octubre del 2012.

Con el fin de mostrar que el núcleo central de la familia real lo componían solo los Reyes y los Príncipes, sentaron a Elena a lado del jefe de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo que soliviantó a los 'elenistas', el grupo de seguidores que tiene la primogénita de Juan Carlos y  Sofía. Con la llegada al trono de Felipe VI, la infanta Elena ha dejado de ser miembro de la familia real, aunque en el entorno de la Zarzuela se contempla la posibilidad de que su hermano pueda encomendarle alguna tarea puntual y se apoye en ella en ciertos actos.

Marcar distancias

Los gestos que tuvo que hacer la Zarzuela para marcar distancias con los duques de Palma no se limitaron a apartarlos de la agenda oficial. En noviembre del 2012 la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin visitaron al Rey en el hospital. Su presencia junto al resto de la familia real confundió a la opinión pública y la Zarzuela se apresuró a dejar claro que fue una decisión estrictamente de la duquesa, que se lo había comunicado previamente a su padre sin contar con nadie más.

Unas semanas después la Casa del Rey eliminó el perfil de Urdangarin de su página web, en un intento de volver a marcar distancias. Y hasta ahí los gestos, porque cuando el juez José Castro citó a declarar como imputada a la infanta en abril del 2013, la Zarzuela, lejos de desvincularse, manifestó su "sorpresa" por la decisión. El propio rey Juan Carlos intervino en la elección del abogado de la infanta, el exlíder de CDC y ponente de la Constitución Miquel Roca, amigo personal del Monarca desde los tiempos de la Transición.

Ahora, a pocos días de que el juez Castro cierre la instrucción del caso 'Nóos' y decida a qué imputados se debe procesar, la sucesión en la Corona ha conseguido alejar aún más a la infanta Cristina de la Zarzuela, pues como hermana de Felipe VI ya no es miembro de la familia real. Su perfil ha desaparecido de la web y ni siquiera estuvo presente en el acto de firma de la abdicación de su padre ni en la proclamación de su hermano.