EL ÓRDAGO INDEPENDENTISTA

El botín 'en comú' del 1-O

Posicion de los comuns ante el referéndum

Posicion de los comuns ante el referéndum

Jose Rico / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El independentismo no le quita el ojo a Ada Colau y a los 'comuns', para bien o para mal. La nueva confluencia de la izquierda alternativa alimenta con sus vaivenes soberanistas las iras de Junts pel Sí y la CUP, que no dudan en interpretar poco menos que como una traición los recelos de Catalunya en Comú a abrazar el órdago unilateral del 1-O.

Pero tanto las continuas idas y venidas de los 'comuns' como la creciente hostilidad del secesionismo tienen una explicación en la demoscopia, una razón de ser certificada por el último barómetro del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat: los votantes colauistas son un botín indispensable para que los independentistas puedan dar por legitimado el anunciado referéndum a ojos del extranjero. Algo para lo que, según los estándares internacionales, sería aconsejable movilizar al menos al 50% del censo.

TECHO DE CRISTAL

En estas condiciones, sin la comparecencia en las urnas de los 'comuns', la participación en el 1-O corre el peligro de moverse en las mismas horquillas que en la consulta del 9-N del 2014, cuando votó entre el 36% y el 42% del censo, dependiendo de cómo se calculara este. Un año después, en las elecciones del 27-S del 2015, la suma de las fuerzas partidarias de la ruptura con España se situó en niveles muy similares: el 35% del censo.

Sobre voto válido, es archiconocido el 47,8% de los sufragios que acumularon Junts pel Sí y la CUP en aquellos comicios, a los que no concurrió el espacio de los 'comuns', sino la coalición que formaron ICV y Podem bautizada como Catalunya Sí que es Pot. El 9% obtenido por la marca de Lluís Rabell fue objeto de disputa entre los bloques independentista y no independentista porque sin él ninguna podía cantar victoria.

ELECTORADO FRACTURADO

Ese rol de bisagra del voto 'comu' quedó aún más a las claras en el doblete de elecciones generales que se sucedieron con seis meses de diferencia, en diciembre del 2015 y junio del 2016. En la primera contienda ERC y CDC sumaron el 31% de las papeletas; en la segunda, el 32%. En Comú Podem, ganador de los dos comicios, recabó en ambos casos un 24% que, extrapolado a un referéndum, vuelve a ser una llave de oro para movilizar a más de la mitad del electorado.

La mitad de los electores de los 'comuns' rechazan la vía unilateral del Govern y el 45,6% la apoya

Sin embargo, en este caladero tan preciado conviven una macedonia de electores formada, según el CEO difundido el pasado viernes, muy mayoritariamente por federalistas (40,1%), bastantes autonomistas (31,9%) y, ahora mismo, pocos independentistas (15,4%). En los últimos cuatro meses, y con el 1-O ya sobre la mesa, los federalistas de Sí que es Pot se han precipitado siete puntos, mientras que los autonomistas han crecido 10 puntos. Los secesionistas han retrocedido tres puntos.

A la pregunta directa de si quieren que Catalunya sea un estado independiente, el 60,4% de los votantes de Sí que es Pot responden que 'no', 11 puntos más que la media catalana (49,4%). Solo el 25,3% contesta que 'sí', casi 16 puntos por debajo de la media. En los últimos cuatro meses, los detractores de la secesión han crecido 8,5 puntos entre los 'comuns', mientras que los partidarios de un estado catalán han caído casi siete puntos.

Ante la tesitura de un referéndum como el del 1-O, el electorado 'comú' aún es más reticente que el conjunto de los catalanes a avalar la vía unilateral de Junts pel Sí y la CUP. El 50% de los votantes de Sí que es Pot rechazan una consulta unilateral (cuatro puntos por encima de la media catalana), ya sea porque solo aceptarían una pactada con el Estado (30,2%) o porque rehúsan de plano el derecho a decidir (19,8%). El 45,6% sí apoya el 1-O, lo que representa 2,4 puntos menos que la media.

Las críticas independentistas han forzado a Catalunya en Comú a aclarar que apoya la participación en el 1-O pero sin considerarlo un referéndum vinculante. Sin embargo, un buen puñado de votantes de la confluencia han dado un paso atrás desde que la consulta está anunciada.

En marzo, el 73,4% del electorado de Sí que es Pot manifestaba su intención de participar en un referéndum unilateral. Ahora ese porcentaje ha caído 13 puntos, hasta el 60,4%. Y si hace cuatro meses el 'sí' se imponía al 'no' por 6,5 puntos, hoy se la tortilla se ha volteado y es el 'no' el que le saca esa misma ventaja al 'sí'.