Los detalles de la declaración

Urdangarín: «Mis funciones eran la relación institucional a gran nivel»

Urdangarín y su abogado Mario Pascual Vives, a la salida de los juzgados de Palma, la madrugada del lunes.

Urdangarín y su abogado Mario Pascual Vives, a la salida de los juzgados de Palma, la madrugada del lunes.

C. GAYÀ / M. G. / PALMA
J. G. ALBALAT / BARCELONA

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las 23 horas que estuvo Iñaki Urdangarín ante el juez José Castro han quedado plasmadas en un acta de 43 folios que el duque revisó minuciosamente antes de abandonar los juzgados de Palma. En su declaración, repitió en varias ocasiones: «Desconozco de lo que está hablando». Esta afirmación la utilizó, por ejemplo, como evasiva para no pronunciarse sobre el desvío de dinero del Instituto Nóos a través de facturas presuntamente falsas. El duque de Palma se escudó en todo momento en que sus funciones en el entramado de empresas tenían un carácter prácticamente de relaciones públicas y que no estaba al corriente de las cuestiones económicas. «Mis funciones eran la relación institucional a gran nivel, diseño de planes comerciales, pero no el tema de la facturación, involucrar a las máximas personas posibles», sostuvo en el interrogatorio. El yerno del Rey se encuentra ya en Madrid y está previsto que esta misma semana regrese a Washington.

LAS INSTRUCCIONES

Los mandatos del Rey

Las tres «recomendaciones» que la Casa del Rey hizo a Urdangarín en el 2006 marcaron un antes y un después en la actuación del duque en el entramado bajo sospecha. En la declaración se recoge que hace seis años la Corona le pidió tres cosas. La primera, que no tuviera negocios con instituciones públicas. La segunda, que no mantuviera relaciones mercantiles a «largo plazo» con Diego Torres, aunque, según la interpretación del duque, nada le dijeron de vínculos «puntuales». Y la tercera, que no presidiera instituciones como la Fundación Areté. Urdangarín no preguntó por qué se le pedía que se apartara de Torres. Siguió tratando con su socio en proyectos del sector privado hasta julio del 2008, cuando rompió su relación con el entonces profesor de Esade por «disparidad de criterios sobre proyectos compartidos y sus facturaciones».

El marido de la infanta Cristina admitió también que la idea de impulsar la Fundación Deporte Cultura e Integración Social fue suya. Para su creación, reveló que acudió al despacho del abogado catalán Raimon Bergós acompañado de Romero Moreno, asesor jurídico de la Casa del Rey, y de Torres. En la declaración, asegura que no consideró que hubiese desobedecido al Monarca, ya que el duque consta como presidente del consejo asesor.

LOS VÍNCULOS

El papel de la infanta

Las dudas sobre la posible vinculación de la infanta Cristina y la Casa del Rey con alguna de las empresas de la trama surgieron en diversas ocasiones durante la declaración. Al ser preguntado por el papel de su esposa en el Instituto Nóos, Urdangarín explicó que nombró a la infanta Cristina como vocal de dicha institución para «ofrecer a los interlocutores la máxima transparencia». Respecto a Carlos García Revenga, asesor jurídico de la Casa del Rey a quien el duque confió la tesorería de Nóos, dijo que lo eligió porque «Diego Torres había incorporado a familiares suyos». «Me sentí en la necesidad de aportar una persona de mi confianza y lo hice con dicho señor, que en aquel entonces era asesor de las infantas», añadió. Puntualizó que Revenga ocupaba un cargo de confianza sin poder dispositivo.

Urdangarín recalcó la estructura familiar de sus empresas y dijo: «Incluí como socios a mi esposa y a mis dos hijos con la intención de tener un entorno familiar y que los ingresos que generaba fueran en un futuro para mis hijos. La participación de mi esposa era meramente testimonial». Aun así, explicó que la infanta Cristina no desempeñaba ninguna función en Aizoon: «Acudía a las juntas y los asesores le presentarían las actas para la firma. Ignoro si ha firmado o no las cuentas anuales. Si hubiera estado obligada a firmarlas, lo habría hecho. Ignoro si esa firma la vincula de algún modo».

El juez Castro le preguntó si el elevado coste de algunos de los proyectos, como el Valencia Summit, tuvo algo que ver con su parentesco con la Casa Real. Urdangarín esquivó la pregunta y habló de la «exclusividad» de esos proyectos. Solo una vez el duque de Palma reconoció no haber informado de un encuentro ni al Rey ni a la infanta: fue la partida de pádel, y posterior reunión, con el expresidente del Gobierno balear Jaume Matas y su exdirector de Deportes José Luis Ballester, en Marivent. Al encuentro asistió también el exregatista Jordi Forteza.

LAS RESPONSABILIDADES

La culpa, de los socios

Urdangarín descargó la culpa, sobre todo, en Torres, pero implicó a la mayoría de sus exsocios, a quienes acusó de mentirle y robarle. Los que salieron peor parados fueron el propio Torres, los tres hermanos Tejeiro, Juan Pablo Molinero, un director de proyectos especialista en ciclismo y Miguel Zorío, de Lobby de Comunicación. La frase más repetida fue: «El tema de las facturas del Instituto Nóos competía al departamento de contabilidad, de Marco Tejeiro, y al gerente, Diego Torres».

El yerno del Rey llegó a decir que Miguel Tejeiro mintió cuando le vinculó a la creación de una empresa en el extranjero. Explicó que dicha empresa -de la que, aseguró, ni siquiera sabía en qué consistía-- fue idea de Torres y argumentó que cuando supo que este le estaba «robando» se lo comunicó a Miguel Zorío. En el acta consta que el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach le recordó que Zorío había «facturado medio millón de euros contra el Instituto Nóos por servicios no prestados». El duque dijo no saber nada y, también a instancias del fiscal, aseguró desconocer un acuerdo por dos millones de euros suscrito entre Nóos y Lobby Comunicación para los frustrados juegos europeos valencianos. Fue meses después de que la Generalitat Valenciana firmara el contrato por seis millones. «Se hizo a mis espaldas», dijo. El abogado de Torres, Manuel González Peeters, recordó a Urdangarín su currículo y puso en evidencia que, además de contactos internacionales, tiene varios másteres en dirección de empresas.

LAS CONEXIONES

Idea de Samaranch

El duque explicó también cómo se organizaron los tres foros en Valencia financiados por la Administración autonómica. Aseguró que la idea del Valencia Summit fue del que fuera presidente de Comité Olímpico Internacional Juan Antonio Samaranch. Para ponerlo en marcha, Urdangarín se entrevistó en el 2004 con la alcaldesa Rita Barberá y esta le indicó que lo iba a comunicar a la Generalitat, entonces presidida por Francisco Camps. Se fijó un canon de 900.000 euros por cada edición. El convenio se firmó con inusitada rapidez. El yerno del Rey aseguró que se reunió en el 2005 con Camps para tratar la organización de unos juegos europeos que nunca se llegaron a celebrar. El duque aseguró que desconocía si determinados desembolsos eran para pagar alguna comisión a algún político.

LA EVASIÓN DE CAPITAL

«Yo no tengo cuentas»

«Ni como titular ni como autorizado tengo cuenta alguna en Luxemburgo, ni el Reino Unido, ni en Belice». Con esta contundencia, el duque trató de zafarse de la acusación de evasión de capitales que se rastrea en la causa. Un manuscrito sobre una cuenta suiza mudó la cara de Urdangarín por unos instantes. Explicó que Aguas de Valencia le planteó un proyecto de expansión y le puso en contacto con un empresario jordano residente en Suiza, Manssour Tabaa, que sería el titular de la cuenta. Fue la única mediación por la que dijo no haber cobrado nada. Aguas de Valencia fue uno de los financiadores importantes de Nóos, a cuyas arcas inyectó 400.000 euros. Por el contrario, no supo dar razones de la procedencia de una partida similar de su cuadro de ingresos, reflejada en un manuscrito. El duque ha admitido que hay una factura de Aizoon, su empresa patrimonial, de 70.000 euros que es falsa y que se intentó cobrar a la Generalitat.