Unió también se fractura

Los críticos crearán un nuevo partido después de que la cúpula los expediente

Casals, Mas, Junqueras y Forcadell, tras firmar el pacto el 14 de enero.

Casals, Mas, Junqueras y Forcadell, tras firmar el pacto el 14 de enero.

XABIER BARRENA / BARCELONA

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Hubo un tiempo no muy lejano en que al panorama político existente en el noreste de la península ibérica se conocía como el oasis catalán, porque nunca pasaba nada. En este oasis empezó a soplar un poco de brisa cuando el tripartito llegó al poder, que es tanto como decir que la hasta entonces hegemónica CiU cató la dureza del banquillo de la oposición. Y, ahora, el proceso independentista ha logrado crear olas tsunaminescas. Se fragmentó el PSC, se rompió CiU y, ayer, se partió Unió. No es que sea una sorpresa mayúscula, porque desde la convocatoria de la consulta interna era algo que se podía casi oler. Aunque sí pasma quizá el implacable movimiento del secretario general, Ramon Espadaler, que ha precipitado los hechos.

Compareció ayer Espadaler y anunció la suspensión de militancia de los cabezas visibles del sector crítico del partido, el que se alinea con el independentismo y se reúne en torno a la plataforma Hereus UDC 1931. Así, de una tacada, los ocho. Ellos son Núria de Gispert, Antoni Castellà, Assumpció Laïlla, Mercè Jou, Elena Ribera, Josep Martorell, Joan Recasens y Marta Vidal. Seis miembros del comité de gobierno (casi el 25%) y varios diputados y altos cargos de la Generalitat.

Cabe destacar el ensañamiento de la dirección con De Gispert, tras comunicar que se le daba la baja, sin abrirle expediente previo, cuando esta comunicó que la parte de su sueldo que destinaba al partido lo quería entregar a la plataforma interna soberanista.

En el comunicado del partido del domingo, además, se reutilizó una expresión incorrecta en catalán que la propia De Gispert había utilizado. La presidenta del Parlament envió ayer un nuevo correo señalando que no se borraba del partido. Minutos después se le abría expediente y se le suspendía la militancia. El paso previo a la expulsión.

El motivo del trámite disciplinario, desarrolló Espadaler, es «desobedecer el mandato del consejo nacional» que acordó que Unió se presentara en solitario el 27-S. «Uno no puede pertenecer a un partido y apoyar al candidato de otro y a su programa electoral», en referencia respaldo de los críticos a Mas y a su lista.

Como viene siendo tradicional, tras las palabras de la dirección vinieron las de los críticos, en la entrada de la sede, de pie. Antoni Castellà fue el que mencionó los términos «partido escindido» y explicó que Hereus UDC 1931, que presume de mantener vivo el legado fundacional de Unió, esto es, independentista y no «autonomista», se constituirá en partido político.