Unió rebaja tensiones y apuesta por el 'sí' sin descartar la independencia

La decisión salomónica se logró tras una reunión in extremis y evita imponer la opción del 'sí-no'

Joana Ortega, Josep Antoni Duran Lleida y Ramon Espadaler, antes de entrar a la reunión del consejo nacional de Unió, ayer, en Barcelona.

Joana Ortega, Josep Antoni Duran Lleida y Ramon Espadaler, antes de entrar a la reunión del consejo nacional de Unió, ayer, en Barcelona.

FIDEL MASREAL / SALVADOR SABRIÀ - BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La preparación de la consulta del 9-N y las posibles respuestas a las preguntas planteadas están provocando tensiones en los partidos que apoyan la convocatoria pero no tienen un discurso unánime. Unió es uno de estos casos. Ayer logró frenar las tensiones internas in crescendo por este tema al aprobar por unanimidad en un consejo nacional extraordinario un acuerdo político salomónico en que se hace un llamamiento a «un sí rotundo» a la primera parte de la pregunta del 9-N (¿quiere que Catalunya sea un Estado?) y se deja a criterio de los militantes la respuesta a la segunda (¿quiere que este Estado sea independiente?). Para unos, con este acuerdo no se cierra ninguna puerta, y para los secesionistas se abre la posibilidad de votar a favor de la independencia por primera vez con el apoyo del partido.

Que no fue un acuerdo fácil lo demuestran las tres horas de debate en el consejo, con medio centenar de intervenciones. Pero, sobre todo, lo constatan las dificultades previas para llegar a un pacto aceptable para todos que se pudiese aprobar por unanimidad, como así fue, en el órgano de decisión entre congresos.

En último congreso del partido en Sitges ya se constató que una parte destacada de los delegados optarían por contestar «sí» en las dos preguntas del 9-N. Algo que choca con el discurso del líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida. Frente a él se han levantado voces partidarias del «sí-sí», como la del dirigente y secretario de Universidades, Antoni Castellà, y de algunas agrupaciones locales.

NEGOCIACIONES / Desde el pasado jueves se sucedieron reuniones entre el secretario general, Ramon Espadaler, y Castellà, a las que se añadió el expresidente del Parlament, Joan Rigol. Las citas tuvieron lugar incluso en el domicilio de Rigol, pero no se cerró el acuerdo hasta una reunión in extremis ayer mismo antes del inicio del consejo nacional, con la inclusión de este apartado final: «Además, Unió admite aquellas visiones que en el momento presente entienden la independencia como única solución política».

Los equilibrios internos de Unió se reflejaron también en las explicaciones del acuerdo que hizo el secretario general del partido, al que le correspondió también llevar la batuta en el consejo. El número dos evitó ante los periodistas anunciar si Unió se sumará a alguna campaña a favor del , y se zafó de la pregunta respondiendo que harían acciones para que se pueda votar, «que en estos momentos ya es mucho». Aunque durante la reunión del consejo varias agrupaciones anunciaron que harían campaña por el sí-sí.

Otra sorpresa de la reunión fue el apoyo a la independencia de Rigol y de la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, según fuentes presentes en el acto.

EVITAR EL CHOQUE / Espadaler reconoció que hubo algunas intervenciones favorables a defender como posición del partido un «sí» a la primera pregunta y un «no» a la segunda (en línea con las tesis de Duran), y otras que abogaban por el sí-sí, pero al final se optó por el texto acordado que se aprobó por unanimidad y se evitó así una votación que enfrentase las diferentes opciones.

El pacto deja abiertas muchas puertas de cara al futuro, como la eventual participación de Unió en una lista única independentista, si se constata que no es posible el 9-N y se va a unas elecciones plebiscitarias en los próximos meses.