EL ÓRDAGO POR EL ESTADO PROPIO

Unió defenderá su vía soberanista aun a riesgo de romper con CDC

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, junto a su número dos, Ramon Espadaler, y el 'president', Artur Mas, en una reunión de la ejecutiva de CiU, el pasado 16 de febrero.

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, junto a su número dos, Ramon Espadaler, y el 'president', Artur Mas, en una reunión de la ejecutiva de CiU, el pasado 16 de febrero.

FIDEL MASREAL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Unió Democràtica no dará su brazo a torcer. La dirección del partido, bajo la batuta de Ramon Espadaler, ultima el documento que someterá a votación el 14 de junio para definir su punto de vista sobre la ruta soberanista. No será una decisión de blanco o negro, binaria, en la que se opte, por ejemplo, entre la independencia y la confederación.

El texto en el que trabaja Espadaler es un planteamiento programático, un articulado de varios puntos. Claro, pero no simplista, en el que se tomará como antecedentes las ponencias del último congreso, del 2012, en el que se asumió el concepto de Estado propio con una notable ambición. El texto de la ponencia afirmaba que Unió «aspira a la construcción de una Europa que supere los estados y provoque su desaparición, y donde Catalunya encuentre la máxima expresión de soberanía». «En el actual contexto, el concepto de libertad y soberanía no puede significar nada más que alcanzar las estructuras de Estado para Catalunya, un Estado miembro de la UE».

Los cuadros y militantes independentistas del partido preferirían una votación basada en las tres opciones sugeridas en una reciente reunión del consejo nacional: plantear una reforma constitucional para alcanzar la plena soberanía, reivindicar una confederación que implique previamente la independencia catalana, o bien reclamar abiertamente la secesión como estación final. Sin embargo, la cúpula democristiana se niega a generar una división interna y tratará de mantener la cohesión del partido con un documento inclusivo pero que mantenga una posición diferenciada respecto a la de CDC, la de ERC y las de otros actores políticos y sociales del proceso.

CONVIVENCIA COMPLEJA

En Unió conviven desde quienes reivindican abiertamente una separación respecto al plan independentista que consideran está llevando a CiU a un grave declive electoral, hasta quienes ven tímida la posición del partido respecto a la plena soberanía. A medio camino hay cuadros y destacados dirigentes que pretenden influir para que el texto sea ambicioso pero propio. Y una vez aprobado, defenderlo con uñas y dientes para evitar que quede diluido en la hoja de ruta común con ERC, CDC y la CUP, o incluso EUiA. Para ello, avisan, Unió debe estar dispuesta a romper con CDC y concurrir por separado en las elecciones del 27-S.

Tampoco falta en Unió quienes, en la cúpula, creen un grave error haber convocado esos comicios con tanta antelación y en un contexto de graves turbulencias, y dudan de que la operación de convertir la cita con las urnas en un plebiscito sea exitosa. Si no lo es y Unió ha marcado su propio camino, añaden, el futuro puede deparar espacios políticos nuevos para UDC, e incluso para una CiU renovada que asuma otra etapa, tras repensar el actual camino independentista. Sería el caso del propio líder del partido, Josep Antoni Duran Lleida, ayudado de la plataforma que ha alentado, Construïm, que ya ha dado a conocer su manifiesto fundacional.

Lo que sí es probable es que Unió disponga pronto del documento que se someterá a debate. La alternativa a una votación mayoritariamente favorable es una posible división interna, e incluso la decisión de algunos sectores de abandonar Unió y enrolarse en las filas de la propuesta que encabece Artur Mas. El partido ya ha registrado alguna baja de militantes que reclamarían una apuesta ya clara en favor de la independencia.

EL PAPEL DE DURAN

Si Unió aprueba cohesionada el texto de Espadaler, entonces pueden suceder dos cosas: que, como en ocasiones anteriores, el partido ceda respecto a CDC (ya lo hizo con el concepto de Estado propio en el programa electoral del 2012, respecto al candidato de UDC a las europeas y respecto al pacto estable con ERC), o bien que por primera vez forje una lista propia, que Duran difícilmente encabezaría.

Pero antes de ello, el partido democristiano debe afrontar un reto interno de dimensiones notables ante una militancia sobre la que, por cierto, se desconoce cuál es su volumen total en Catalunya.