Trias se queda pero medita hasta cuándo

El alcalde en funciones ejercerá por ahora la oposición aunque pondrá en marcha su relevo

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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El alcalde (ahora en funciones) Xavier Trias se enfrenta a uno de los momentos más desagradables de su longeva vida política. Las derrotas del 2003 y el 2007, frente a Joan Clos, primero, y Jordi Hereu, después, no fueron tan dolorosas como la del domingo. Perder el poder del Ayuntamiento de Barcelona no solo es un duro golpe para él mismo, que soñaba con cerrar su trayectoria con cuatro años más al frente del consistorio ("le he cogido el gusto a lo que hago", repetía en campaña), sino también para el equipo que le rodea, para CiU y para el president Artur Mas, que había expresado en diversas ocasiones la importancia de mantener la capital al servicio del proceso de transición nacional.

Así que desde las once de la noche del domingo, cuando el escrutinio no dejó lugar a dudas, Trias carga sobre sus espaldas la triple responsabilidad. Mientras sus compañeros de gobierno mantenían la vista perdida sobre el escenario de la noche electoral preguntándose cómo podía ser que hubieran perdido la alcaldía, él insuflaba ánimos a la tropa. Y desde el primer momento, para que no hubiera duda alguna, confirmó que no realizaría ningún movimiento para evitar lo que habían dictado las urnas, que era la victoria de Ada Colau por 17.000 papeletas de diferencia.

SUAVIZAR EL DISCURSO

Avisados todos de que la federación nacionalista regresaba a los bancos de la oposición, el cabeza de lista de CiU desplegó el lunes sus dotes de gentleman en la romería de entrevistas radiofónicas a las que se prestó. "No podemos pretender tergiversar el resultado de las urnas con acuerdos antinaturales o extraños", encajó. La noche electoral había sido el primero en llamar por teléfono a la futura alcaldesa y también el primero, reveló ella ayer, que se había dirigido a ella como tal.

Solo tuvo un momento para el reproche. Preocupado como está por el tono que utiliza a veces la candidata de Barcelona en Comú, el lunes le recomendó que "suavice el discurso" y evite "ensuciar a todos". "Espero que haga de alcaldesa con todo lo que representa", señaló Trias. Al ser preguntado sobre cómo creía que actuaría, respondió sin pensar demasiado que veía a Colau "mandando" porque "es una señora muy mandona".

En las últimas horas, al ser preguntado por su futuro más inmediato, Trias ha asegurado que se mantendrá hasta el 2019 como jefe del principal grupo de la oposición, con 10 ediles. No obstante, los 68 años que tiene (cumplirá 69 en agosto) no hacen prever lo mismo. Lo que sí tiene claro es que no repetirá como candidato a la alcaldía de Barcelona dentro de cuatro años, con lo que próximamente empezará el baile en su partido para buscar sustituto.

TRASPASO EJEMPLAR

Fuentes de su entorno explicaban el lunes que ese capítulo deberá esperar y que Xavier Trias se mantendrá al frente del equipo algún tiempo. Esta decisión responde a una cuestión igualmente personal, ya que el alcalde saliente no querría quedar como alguien que pierde el cargo y huye despavorido dejando a los suyos abandonados. Además, el siguiente aspirante de CiU a la alcaldía debería poder salir del equipo que ha gobernado con él el mandato que ahora se agota y no ser alguien impuesto desde la calle de Còrsega, algo habitual en el partido en épocas anteriores.

Para escenificar esa imagen de "oposición constructiva" que Trias quiere realizar, esta mañana comparecerá en el ayuntamiento para ponerse a disposición de la futura alcaldesa y el resto de BC para realizar un "traspaso ejemplar" de las responsabilidades municipales. "Conviene que Barcelona no pierda empuje", recalcó ayer, y llamó igualmente a los suyos a "espabilarse pronto" y "recomponer las cosas para continuar trabajando desde la seriedad y la honestidad". El equipo, aturdido, intentaba hacerlo ayer.