LA RESACA ELECTORAL

La envolvente de CiU

El alcalde en funciones de Barcelona, Xavier Trias, junto a la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau, en la reunión que mantuvieron ayer en el Ayuntamiento de la capital catalana.

El alcalde en funciones de Barcelona, Xavier Trias, junto a la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau, en la reunión que mantuvieron ayer en el Ayuntamiento de la capital catalana.

NEUS TOMÀS / BARCELONA

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Con la vista puesta en otros pactos municipales que aún están en fase de negociación y, sobre todo, pensando ya en el 27-S, CiU se descolgó especulando con la posibilidad de diseñar una mayoría alternativa a la liderada por Ada Colau para así retener la alcaldía de Barcelona. El encargado de verbalizarlo fue el propio Xavier Trias, el mismo que en la noche de las elecciones felicitó a la candidata de Barcelona en Comú por ser la ganadora y el mismo también que en campaña proclamó que la vara sería para quien obtuviese más votos en las urnas.

"La alternativa de que yo sea alcalde no es probable, pero tampoco imposible", dejó caer Trias a primera hora en una entrevista en TV-3. Para justificar su órdago añadió que estos días está recibiendo llamadas de gente que le pide que continúe al frente de la alcaldía. Pero no aclaró la procedencia de estos apoyos.

Las llamadas

Fuentes nacionalistas apuntaron que el origen de las llamadas había que buscarlo en ERC y PSC, un extremo que tanto los republicanos como los socialistas desmintieron. ¿ Y si los que han descolgado el teléfono son influyentes actores económicos? "De los poderes fácticos también aprendes. Cuando pierdes no te llama nadie", aseguró un lacónico Trias.

En todo caso, la conjetura del alcalde en funciones, formulada más como un deseo que como una propuesta real, fue desmontada rápidamente por el candidato de ERC, Alfred Bosch: "No hay ninguna mayoría razonable a la que nosotros nos podamos sumar para impedir que la candidata de la lista más votada sea alcaldesa". "No pactaremos con el PP lo que sería un pacto antinatura".

Los republicanos interpretan la maniobra convergente como un intento de presión cara a otras negociaciones que hay estos días en marcha para configurar las mayorías de gobierno en ayuntamientos como Vic, Tortosa y Cervera. Pero, además, creen que CiU está pensando ya en el 27-S y le interesa que Esquerra aparezca como una especie de traidora a la causa soberanista pactando con Colau y el PSC. Más, teniendo en cuenta que los nacionalistas insisten en que Artur Mas y Oriol Junqueras acordaron que sus respectivas fuerzas priorizarían en los acuerdos municipales los pactos CiU-ERC (un extremo que los republicanos siempre se han negado a dar por bueno).

Tampoco los socialistas picaron el anzuelo convergente. Jaume Collboni expresó su preferencia por gobernar con Colau y llegó a calificar de «inconcebible» la idea de Trias. Hay que tener en cuenta que el candidato socialista ha insistido en los últimos días en la necesidad de un pacto de izquierdas para la ciudad. Un mensaje con connotaciones que van más allá de las municipales y que puede ser uno de los ejes de la campaña del PSC en las autonómicas de otoño.

Los protagonistas

Trias y Colau se reunieron para escenificar una primera instantánea de un traspaso de poderes que se promete complicado. A la salida, tras una reunión que calificaron de cordial, ella aseguró que él le había dado a entender que Colau sería alcaldesa. Pero fuentes nacionalistas lo negaron e insistieron en que Trias todavía tiene posibilidades de repetir en el cargo. Colau tildó de «confabulación» la idea de intentar impedirle que sea la nueva alcaldesa.

Debate interno

El órdago de Trias debe enmarcarse en el contexto del profundo malestar de destacados sectores de CDC, que le reprochan una campaña electoral fallida y una reacción equivocada tras la derrota.

Estas voces creen que su candidato se equivocó gravemente al no buscar la confrontación directa con Colau durante las jornadas previas al 24-M, como sí hizo -y de forma más que vehemente- el líder de CiU, Artur Mas. Algunos dirigentes de Convergència acusan a Trias de haber llevado a cabo una campaña sin garra. Y creen que tiró la toalla incomprensiblemente tras los resultados, cuando debería haber puesto las cosas más difíciles a la candidata de Barcelona en Comú. En este sentido, el giro que ayer dio Trias responde a un movimiento meramente táctico, pese a que no falta en CDC quien defendía la viabilidad de un pacto antiColau con argumentos como el de la necesidad de asegurar el progreso económico de la capital catalana. Pero la explicación mayoritaria es que lo que hizo el alcalde en funciones ayer fue tratar de poner a ERC las cosas algo más difíciles para justificar su apoyo a Colau. En todo caso, cuadros de CDC en la capital catalana ayer admitían lo mismo que días anteriores: que Colau finalmente será alcaldesa y que no hay otra alternativa posible, informa Fidel Masreal.Que la propuesta de Trias es bastante inviable lo demuestra el hecho de que implicaría que ERC y PPC estuviesen en el mismo lado apoyándole. Alberto Fernández Díaz ya dejó claro que a él no lo busquen para retratarse con independentistas.

Los estrategas de CiU intentan estos días buscar una explicación a la derrota en Barcelona a la vez que asumen que, para llevar a cabo su plan soberanista, la capital era un referente imprescendible. Ahora les tocará negociarlo con Colau.