La (posible) sucesión de Rajoy

Núñez Feijoo y Rajoy, en una imagen de archivo.

Núñez Feijoo y Rajoy, en una imagen de archivo.

GEMMA ROBLES / MADRID

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Tras las elecciones del 20-D, no tardó demasiados días Mariano Rajoy en aclarar que si el enrevesado resultado electoral terminaba en otras elecciones, volvería a presentarse como candidato del PP. Y que, además, no convocaría el congreso nacional de los populares, que lleva un año de retraso, hasta que la incógnita sobre la presidencia de España se despejara. Una buena fórmula para tratar de evitar que en su partido comenzase el baile de sillas y las inevitables quinielas sobre su sucesión.

Durante semanas la estrategia resultó efectiva. El silencio se impuso en los cuadros populares y no se cuestionó que era Rajoy quien debía intentar la investidura, pese al rechazo que produce en otras organizaciones políticas y la necesidad de apoyos que tiene para llegar al poder. Pero el hecho de que el líder no haya logrado en este tiempo que los socialistas –necesarios para una investidura del PP- salgan de su “no”  y que haya optado, el pasado viernes, por declinar la invitación del Rey a la investidura conlleva, inevitablemente, que surjan dudas sobre su futuro político. Y que en el partido se sigan con interés los pasos de compañeros como el gallego Alberto Núñez Feijoo o la madrileña Cristina Cifuentes y se mira de reojo a Soraya Sáenz de Santamaría. Los tres están en las hipótesis sucesorias.  

Feijoo ha estado siempre en las ‘oraciones’ populares para el momento de despedir a Rajoy. El ahora presidente de Galicia, amigo del líder del PPpudo haber sido ministro. Tras las municipales de mayo y el mal resultado de los conservadores, Rajoy quiso renovar y pensó en su paisano para su equipo. Pero él, tras una conversación entre ambos, prefirió permanecer en el gobierno regional. Tampoco aceptó ir en las listas al Congreso o al Senado, una decisión que, a elecciones legislativas ya pasadas, pesa al 'aparato' del partido. Entrar en la Cámara Alta siempre es posible a través de la cuota autonómica, pero los partidos prefieren que si han de hacer oposición, su (potencial) líder tenga plaza en el Parlamento.

DOS PRESIDENTES Y UNA VICEPRESIDENTA

¿Y tras las generales?. El presidente de la Xunta no descarta nada, a tenor de las últimas (hace apenas una semana) declaraciones que le hizo al Faro de Vigo sobre su futuro. “No lo he decidido. Nadie preveía esta enorme volatilidad política tras el 20-D”.  Fue más allá. “A  la pregunta de si quiero ser candidato a las autonómicas gallegas o en el PP de España, es difícil contestar”, añadió. 

Otra que despierta atención es Cristina Cifuentes, presidenta de Madrid. Su llegada al gobierno en un momento malo; su capacidad de pacto; sus buenas relaciones con la oposición y su desmarque del ‘viejo’ PP ha servido para que ya la incluyan en la lista de posibles sucesores. Ella, por su lado, ha repetido en los últimos 15 días por activa y por pasiva que no está en sustituir en Rajoy. Pero la gran cantidad de entrevistas que ha concedido en estas jornadas turbias, “dejándose ver”,  hace pensar a muchos de sus compañeros que quiere estar en primera línea.

En todo caso, no tiene tampoco puesto en el Congreso, como Feijoo, pero a diferencia de éste tiene toda la legislatura autonómica por delante, lo que en principio le resta enteros. También Soraya Sáenz de Santamaría tiene posibilidades (y escaño), según los cálculos de quienes comparten con ella militancia. Sobre todo, por su experiencia en el Gobierno central y por haber sido la sombra de Rajoy desde hace ya bastantes años. El presidente delegó en ella para sustituirle en uno de los debates de campaña lo que levantó expectativas.Aquello levantó ríos de tinta. Hoy, todo está abierto.