ACTO SOLEMNE EN EL PARLAMENT

Sucedáneo de día histórico

XABIER BARRENA / FIDEL MASREAL / BARCELONA

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Los días históricos se suceden sin solución de continuidad. Tanto es así que, como los planes para el 9-N, habría que ir clasificándolos, según importancia, en días ab o c. El criterio para separar el grano de la paja es muy visual: si los políticos se hacen selfies con un papel firmado -como cuando Artur Mas firmó el decreto de convocatoria de la consulta sin amputar-, día histórico al canto. Si, como ayer, en el que 200 cargos electos firmaron una denuncia de la actuación del Estado español dirigida a un sinfín de instituciones y organismos internacionales, nadie se acerca al documento como si fuera el monolito de 2001, una odisea en el espacio, es que se trata de un simple sucedáneo.

Naciones Unidas, Parlamento Europeo, Comisión Europea, Consejo de Europa y -esta es nueva- la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación Europea). Estos son los organismos apelados por los electos catalanes que recibirán un texto que denuncia que «la posición española», por la del Estado de impedir cualquier tipo de consulta o remedo de ella, «contraviene el derecho y la práctica internacional propia de Estados democráticos de composición plurinacional» y, además, «no hay voluntad política por parte del Gobierno español para establecer marcos de diálogo y negociación».

Parlamentos en el Parlament

En el acto hubo parlamentos. Los más destacados, los de los tres representantes de los partidos políticos, toda vez que la CUP, que respalda el texto, no acudió al acto, quizá para evitar la sobreexposición fotográfica al lado de CiU. De ellos cabe destacar las palabras de Oriol Junqueras. En el auditorio del Parlament, versando la ceremonia sobre una denuncia a la ONU contra el Estado español, el líder republicano se arrancó con un recordatorio de que  muchos son los que están en pie en demanda de una república catalana. «Una república que debe ayudar a la regeneración democrática y a luchar contra la corrupción». Una referencia a la transparencia nada baladí y que, quizá, suponga un aperitivo de lo que vendrá a partir del próximo lunes, el 10-N, casi tan famoso y mucho más decisivo que el 9-N. La simbólica fecha a partir de la cual CiU y ERC se sentarán para ver la viabilidad de una lista conjunta que ERC no quiere ver ni en pintura.