VERTIENTE ELECTORAL DEL ACTO

Solo Iniciativa y ERC incluyeron la protesta en su plan de campaña

JOSE RICO
BARCELONA

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Un mes ha separado la primera y la segunda manifestación contra los tijeretazos del Govern de Artur Mas. Los gritos de los sindicatos, los trabajadores y las familias eran similares. Las consignas de los políticos, sin embargo, tenían un componente muy distinto al de la protesta del 14 de abril. El motivo no sorprende: la movilización de ayer era inédita, por coincidir en una campaña electoral. La oposición se sumó, con entusiasmo e implicación variables, para intentar que el malestar social se convierta en papeletas. La izquierda participó desde peldaños distintos. El PP se sumó de forma testimonial para no ser acusado de complicidad con la tijera a las puertas del 22-M. Y CiU, manual en mano, restó valor a un acto en la que vio más intereses políticos que sociales.

Los políticos discurrieron al final, huyendo de la fotografía, aunque ya habían lanzado sus mensajes antes de empezar a caminar. ICV-EUiA, en su salsa, no se anduvo con rodeos y animó a los ciudadanos a castigar a CiU en las urnas. El ecosocialista Joan Herrera fue el único líder de partido que acudió a la manifestación, al lado de su alcaldable barcelonés, Ricard Gomà, quien se mordió la lengua a la hora de censurar la ausencia del alcalde, Jordi Hereu, con quien ha gobernado la ciudad en este mandato.

REPARTO DE CULPAS / ERC contemporizó. Su secretario general, Joan Ridao, denunció el tijeretazo «ideológico» de Mas, pero recordó que elpresidentno es el único culpable, ni el máximo, pues el peor lastre es el déficit fiscal. El líder del partido, Joan Puigcercós, ayer ausente, conserva la mano tendida para negociar los presupuestos y no deja de declararse «corresponsable» de la situación financiera de la Generalitat. El alcaldable republicano, Jordi Portabella, esta vez sin el apoyo de Joan Laporta -quien ayudó en el Parlament a tumbar una moción contra los recortes-, acusó a Hereu de alinearse con los defensores del tijeretazo.

El PSC no exhibió al alcalde ni a sus primeros espadas para no alimentar la estrategia de CiU, y evitar que, además de culparle de los números rojos, le acuse de estar tras la pancarta, en vez de arrimar el hombro. Así pues, un puñado de diputados y sin pancarta. Hereu, además, se ahorró escuchar algunas críticas, como las de los bomberos, que ya boicotearon su primer mitin de campaña. Desde fuera, celebró el éxito de la protesta y reclamó al Govern que «tome nota» y rectifique.

El otro alcaldable barcelonés ausente (además de Xavier Trias) fue Alberto Fernández Díaz. La diputada del PPC María Llanos de Luna alegó que se encontraba en un acto de campaña, que, al parecer, no pudo aplazar a pesar de que la marcha antirrecortes llevaba convocada más de un mes. Los populares prometieron no apoyar los presupuestos catalanes si Mas no suelta la tijera.

Elpresidentno parece dispuesto a ello y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, desacreditó la marcha al considerarla un acto «protripartito» con el que la izquierda busca votos a la desesperada.