La situación de Cristina marca el primer mensaje de navidad del Rey

El equipo de Felipe VI mide qué tipo de alusión se hace a la corrupción

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La decisión del juez José Castro de sentar en el banquillo de los acusados a Cristina de Borbón marcará, inevitablemente, el primer mensaje navideño de Felipe VI, que se emitirá este miércoles a las nueve de la noche. Si el Rey y su equipo optan por hacer alguna referencia de última hora a la situación judicial de la hermana del Monarca o la corrupción será noticia. Si eligiera no hacerlo, también.

Junto a las alusiones o falta de ellas al 'caso Nóos' se espera que Felipe haga en su discurso alusiones al desafío soberanista catalán y la unidad de España; la lacra del paro y la coyuntura económica y quizás algún guiño a asuntos sociales o relacionados con la educación o el medioambiente, dos cuestiones en las que ha puesto el foco deliberadamente desde que sucedió en el trono a su padre. También existe expectación en torno a los cambios formales que pueda introducir para recalcar el cambio de ciclo en la Corona, aunque sea en los detalles de escenografía, decoración o la realización del tradicional mensaje con el que el Rey, Juan Carlos hasta hace unos meses, suele felicitar las navidades a los españoles.

72 HORAS PARA GRABAR

Sin embargo, la elección de la fecha del juez Castro para hacer público el auto de apertura de juicio oral que afecta a 17 personas, entre ellas Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarin, obliga a la Casa del Rey a estudiar a contrarreloj qué tipo de mención se hace a un asunto de corrupción que afecta de lleno a la imagen de la familia real (que según los sondeos había mejorado en los últimos meses). De hecho, las cámaras de TVE que se encargarán de grabar el mensaje oficial llegaron el lunes al Palacio de la Zarzuela y permanecerán allí 72 horas, a fin de que las palabras que finalmente Felipe haga llegar a los ciudadanos recojan la actualidad en lo posible.

Una de las consecuencias de la llegada al trono de Felipe fue que sus hermanas Cristina y Elena dejasen de considerarse familia del Rey. Ya Juan Carlos I había establecido un cordón sanitario a finales de 2011, apartando a su hija menor de la agenda pública.