SESIÓN DE CONTROL

Rajoy advierte de que participar el 1-O en una mesa electoral es "absolutamente ilegal"

Juan Ruiz Sierra / Iolanda Mármol

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Mariano Rajoy se había dirigido hasta ahora a los dirigentes independentistas y a los funcionarios para advertirles de las consecuencias de la consulta del 1 de octubre, pero este miércoles, en el Congreso, giró el foco hacia los ciudadanos. El mensaje fue doble. A su propio electorado, que en una buena parte le pide contundencia frente al soberanismo, le aclaró que pensaba “cumplir con su obligación”. Pero las palabras más relevantes iban destinadas a quienes piensan participar en la organización de la convocatoria sobre la autodeterminación. Si lo hacen, estarían cayendo en un comportamiento “absolutamente ilegal”, dijo el presidente tras participar en la sesión de control.

El líder del PP, generalmente reacio a las cámaras, se detuvo varios minutos tras su intervención en el pleno. “Aprovecho para decir a todas las personas que entienden que el Gobierno tiene que cumplir con su obligación que lo vamos a hacer, que estén tranquilas. Si a alguien se le cita para una mesa electoral, que no vaya, porque no puede haber referéndum y sería un acto absolutamente ilegal”, dijo Rajoy en los pasillos del Congreso.

Reforma constitucional

Poco antes, dentro del hemiciclo, el líder del PP había rechazado cualquier gesto hacia Catalunya antes del 1-O. Estaría dispuesto a estudiar una reforma de la Constitución después de esa cita, pero con escaso entusiasmo. “Hoy la prioridad no es la reforma constitucional, asunto sobre el que estoy dispuesto a hablar. La prioridad es defender la Constitución frente a quienes quieren liquidarla”, dijo el presidente a preguntas de Albert Rivera, líder de Ciudadanos, quien aplaudió este enfoque.

Unidos Podemos y C's  tratan de marcar perfil propio en el Congreso ante el referéndum

Si algo se evidenció en el hemiciclo es que ninguna fuerza política es capaz de anticipar lo que pueda suceder en Catalunya pero, ante la cuenta atrás hacia el 1-O, los partidos buscan definir un perfil propio, más allá del apoyo o la reprimenda al Gobierno por cómo está gestionando el conflicto. 

Unidos Podemos y Ciudadanos hicieron bandera de sus iniciativas para desbloquear la cuestión catalana, justo cuando se acaba de poner en marcha el proceso para crear la comisión que pide el PSOE para modernizar el encaje autonómico. Los morados pidieron la comparecencia urgente de Mariano Rajoy en un pleno extraordinario, un anuncio que pilló al PSOE por sorpresa. Aunque los dos grupos comparten una mesa de coordinación de iniciativas parlamentarias, el grupo que lidera Pablo Iglesias presentó su petición sin previo aviso y los socialistas les respondieron con frialdad.

Respuesta fría de Sánchez

Pedro Sánchez contestó por mensaje a Iglesias que la comparecencia del presidente del Gobierno debe celebrarse después del 1-O y le recordó que su partido estará en en todo debate “que sume y no divida”.

Ciudadanos descalificó tanto la propuesta de Podemos como la de Sánchez (a la que llamó "comisión show"). Para Albert Rivera lo sustancial es su proposición no de ley, que llegará al pleno la próxima semana, en la que pide  al Gobierno que tome “todas aquellas medidas que sean necesarias” para impedir la organización del referéndum. La iniciativa es simbólica pero forzará a los partidos a votar sobre Catalunya en blanco y negro.

Mientras, el portavoz adjunto de ERC, Gabriel Rufián, volvió a ser el centro de las miradas. Llevó a su escaño una impresora y redobló el órdago. “Espero que no me detenga, yo tengo una papeleta, pero le juro que es para consumo propio”, espetó a la vicepresidenta. Soraya Sáenz de Santamaría no pareció alterarse. Le respondió que el Congreso permite a la oposición expresarse más que el Parlament. “Esta democracia que tanto le asfixia le permite sus teatrillos semanales y lo del Parlament fue un ejercicio de tiranía”, zanjó. Se llevó una ovación cerrada del PP.