CRISIS INTERNA tras la revuelta de cinco PARLAMENTARIOS

El PSC contra el PSC

Rocío Martínez-Sampere y Àngel Ros, el pasado miércoles, día de la votación del Parlament.

Rocío Martínez-Sampere y Àngel Ros, el pasado miércoles, día de la votación del Parlament.

JOSE RICO
BARCELONA

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Se les bautizó como las dos almas. La etiqueta siempre ha disgustado a unos y a otros porque hasta ahora han convivido razonablemente, superando tensiones, recelos, inercias, zancadillas y resquemores. La semana que empieza este lunes va a someter a las familias del PSC al examen más delicado de sus 35 años de historia. Está en juego la cohesión de un partido que alcanzó su vigor al saber conjugar orígenes y sensibilidades diferentes, patrón que se correspondía con el de la sociedad catalana. El inédito episodio derebeldía parlamentaria de la semana pasada a cuenta delderecho a decidir obliga al primer secretario,Pere Navarro, a afrontar sin paños calientes el interrogante de '¿quo vadis, PSC?' y, en consecuencia, si es posible firmar la paz con el sector catalanista.

La ejecutiva socialista debatirá hoy lunes el motín que protagonizaronMarina Geli, Àngel Ros, Rocío Martínez-Sampere, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura al negarse a rechazar la declaración de soberanía de Catalunya. La dirección del grupo parlamentario ratificará mañana martes lascinco multas de 400 euros. Y el sábado está convocado el consejo nacional para aprobar el nuevo horizonte común del partido. Pero como este objetivo puede resultar paradójico en medio del bochinche, Navarro podría aplazar la cita hasta que el temporal amaine. Dependerá de lo que pase hoy.

Propósitos de enmienda

Ambos bandos esperan de la otra parte gestos de reconciliación y propósitos de enmienda. Ros, Geli, Elena y Sampere defenderán que su indisciplina fue necesaria por "coherencia" y por la pluralidad del PSC, que sostienen que ha menguado con Navarro. Y avisarán de que recuperar el pulso requiere de un giro que desprenda al partido de titubeos soberanistas, sin poner tanto el acento en la oposición a la independencia.

Se toparán con un reproche muy repetido: ninguna legítima discrepancia justifica romper la disciplina de voto ante una decisión adoptada por mayoría. Hay dirigentes afines a Navarro que, sin justificar su actitud, se muestran comprensivos; otros expresan un mayor enfado y quieren saber si hay "algo más" detrás de la rebeldía. La cúpula ha huido del fuego cruzado, aunque un molesto Navarro ha recetado a los cinco diputados "cursillos de cultura democrática". Pero el aparato se mueve con tiento porque, aun siendo minoritario su peso orgánico, los rebeldes están en el núcleo duro y han atizado la revuelta nada más empezar la legislatura.

La dirección se aferra alprograma electoral, aprobado por unanimidad. "Derecho a decidir sí, pero no así. No podemos permitir la perversión de quienes sitúan el debate en la dicotomía: patriotas o enemigos", reza un 'argumentario' remitido por Navarro a los militantes. Una visión que, para los críticos, está aquejada de miopía: analiza con nitidez la realidad más cercana (la metropolitana), pero pierde la perspectiva del resto de Catalunya. En el trasfondo radica el contraste entre los alcaldes y ediles delcinturón de Barcelona, donde las fugas de votos han nutrido al PPC y Ciutadans, y los de Lleida, Girona y Tarragona, donde son CiU y ERC los que sacan partido de la sangría del PSC.

La baza de la transversalidad

Como ejemplos, los socialistas de la Diputación de Lleida, los ediles de Olot y Vic, la sección de Granollers, la del Ripollès y el alcalde de Flix y miembro de la ejecutiva, Marc Mur. Todos han desoído las tesis de Navarro con votos o declaraciones proclives hacia la soberanía.

Los críticos juegan con la baza de la transversalidad, pues el motín ha unido a dirigentes veteranos (Ros y Geli) con miembros de Avancem (Elena y Sampere). Y hoy es probable que hallen los apoyos de Laia Bonet, Jordi Martí, Fabián Mohedano, Jordi del Río, Jordina Freixanet, Lluís Miquel Pérez y Daniel Font, firmantes del manifiesto que secundó su gesto. Los contactos entre ellos se han multiplicado para coordinar estrategias. En respuesta, otros dirigentes, como Iolanda Pineda y Ferran Pedret, afines a Navarro, han promovido un texto en defensa de la "unidad de acción". ¿Conciencia frente a obediencia? El PSC contra el PSC.