Flandes

Secesionistas dentro de la UE Los independentistas quieren afianzarse en las municipales

ELISEO OLIVERAS
BRUSELAS

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FORZAR EL PASO EN OCTUBRE. Los independentistas de la Nueva Alianza Flamenca (NVA), principal partido de Flandes y de Bélgica, quieren aprovechar las próximas elecciones municipales belgas del 14 de octubre para acelerar el proceso político hacia la independencia de Flandes, la región más poblada, rica y dinámica de una Bélgica fracturada. La radicalización flamenca ha provocado que cada elección se convierta en los últimos años en un test sobre la capacidad de supervivencia de Bélgica unida, mientras que las sucesivas reformas del Estado para dar más poder a las regiones sólo parecen preparar el camino hacia la evaporación de Bélgica.

Frente a una Flandes que aspira a convertirse en un Estado, la minoría francófona, que representa el 40% de la población belga, se aferra a preservar la supervivencia de Bélgica ya que es su único referente de identidad, aunque el país es desde hace décadas la mera suma de dos comunidades que viven absolutamente de espaldas.

La NVA, que está excluida del Gobierno federal a pesar de ser el partido más votado, tiene una intención de voto del 37% en Flandes, mientras que sus inmediatos rivales, los democristianos (CDV) y los socialistas (SP), solo obtienen alrededor del 14%. Si se confirma una victoria arrolladora de la NVA en toda Flandes, Bélgica podría caer en la inestabilidad, ya que los partidos flamencos que forman parte del Gobierno federal --CDV, SP y liberales (VLD)-- se verían obligados a endurecer sus exigencias para no perder más votantes. Esto podría hacer inviable la plasmación de la nueva reforma del Estado pactada el año pasado para cambiar la financiación de las regiones y ampliar sus poderes políticos. No hay que olvidar que Bélgica necesitó casi 18 meses de negociaciones (récord mundial) para formar un Gobierno federal tras las elecciones del 13 de junio del 2010. Un colapso del Gobierno federal colocaría a Bélgica al borde del abismo porque para Flandes demostraría el fracaso de la vía de la reforma del Estado.

CÓMO NOS VEN. Las reivindicaciones soberanistas de Catalunya tiene una interpretación diferente en cada comunidad lingüística, muy marcada por la propia situación de Bélgica. Mientras desde los editoriales de la prensa francófona se critica la actitud catalana equiparándola con Flandes, la prensa flamenca se muestra mucho más comprensiva y solidaria.