Sánchez Gordillo presenta "in extremis" su renuncia como parlamentario andaluz

El líder jornalero se desdijo el sábado de su decisión de dejar la alcaldía de Marinaleda, cargo incompatible con su escaño

El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo (derecha), se dirige a los militantes del SAT que entraron en un supermercado de Écija, en agosto del 2012.

El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo (derecha), se dirige a los militantes del SAT que entraron en un supermercado de Écija, en agosto del 2012. / EA

JULIA CAMACHO / SEVILLA

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El alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha apurado hasta este miércoles para presentar en el Registro del Parlamento de Andalucía su renuncia como diputado autonómico. Cumple así con la ley regional que establece la incompatibilidad de una alcaldía o presidencia de un ente supramunicipal con un escaño en la Cámara.  

El Tribunal Supremo (TS) dio recientemente la razón a la Junta de Andalucía y a la ley electoral --suspendida desde el 2012-- que impedía que los diputados compatibilizaran el escaño con un puesto de responsabilidad en alcaldías, diputaciones o mancomunidades. Fue una norma aprobada por el PSOE en el anterior mandato y que perjudicaba especialmente al PP, que tenía hasta siete alcaldes de capitales de provincia sentados en la Cámara.

Nada más conocer la noticia, los regidores de CórdobaHuelvaSevilla y Valverde del Camino (Huelva) rechazaron su escaño, provocando la sorpresa, porque la alcaldesa de este último municipio, Dolores López Gabarro, era además presidenta del grupo parlamentario y la secretaria general del PP andaluz. López Gabarro dejó a la dirección ejecutiva de los conservadores sin presencia en la Cámara. Solo la alcaldesa de Fuengirola (Málaga), Esperanza Oña, decidió conservar su puesto en Parlamento y renunciar a la alcaldía que ostentó durante los últimos 20 años.

CAMBIO DE OPINIÓN

La decisión del histórico líder jornalero ha tenido en vilo a sus compañeros de filas, dado que inicialmente aseguró que se mantendría en el Parlamento, desde donde ha sido muy crítico con la coalición de Gobierno PSOE-IU. Así, dijo que se quedaría de teniente de alcalde de su localidad, cargo que no le inhabilitaría. Sin embargo, el pasado sábado anunció por sorpresa en el pleno del Ayuntamiento de Marinaleda --convocado precisamente para hacer oficial su renuncia a la alcaldía-- que optaba por mantener el cargo y dejar su escaño de parlamentario.

No ha sido hasta este miércoles, fecha en que vencía el plazo legal para que los alcaldes andaluces con escaño en la Cámara regional renunciaran a un puesto u otro, cuando ha formalizado su permanencia en la alcaldía.

UNA "ALDEA ROJA"

Desde IU, la fuerza a la que pertenece la CUT-BAI (Candidatura de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierda) de Sánchez Gordillo, han explicado que  los concejales y la asamblea local del partido comparten la decisión del veterano regidor. Este es alcalde desde la llegada de la democracia de una localidad peculiar que ha hecho de la lucha obrera y los principios comunistas la bandera del pueblo, una especie de "aldea roja". El portavoz de IU en la Cámara, José Antonio Castro, ha admitido que al partido le habría gustado que el tema se hubiera resuelto antes. Según ha dicho, IU no ha dado ningún ultimátum al regidor, "pero bien está lo que bien acaba".

Desde el PP-A, mientras, su portavoz parlamentario ha mostrado su respeto por la decisión de Sánchez Gordillo, indicando que "ha tardado bastante", pero al final "se ha sometido al principio de legalidad igual que todos". "La ley puede gustar más o menos, pero hay que cumplirla", ha agregado Carlos Rojas.

RESPETO AL PARLAMENTO

Más críticos se han mostrado desde el PSOE, cuyo portavoz, Mario Jiménez, censuraba el proceder "poco edificante" del alcalde. Así, ha apuntado que la cuestión se podría haber gestionado "de otra manera mucho más razonable". No se tendría que haber llegado a la situación, ha afeado, en que "no se sabía si iba a quedarse en la alcaldía" e incluso a la especulación "con la posibilidad de quedarse sin quedarse". "El Parlamento merece un respeto", ha insistido.