Sánchez defiende la «honestidad» de Chaves y Griñán

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, horas después de que el líder del PP andaluz, Juanma Moreno, le acusara de mantener un «silencio cómplice» ante el escándalo de los ERE de Andalucía, hizo lo más parecido a poner la mano en el fuego por los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

Después de recordar que ninguno de los dos está imputado y ambos han demostrado su voluntad de declarar ante el Tribunal Supremo, defendió su «honestidad y honorabilidad». «Desde el PSOE no condenaremos a inocentes ni defenderemos a culpables», aseguró en una rueda de prensa en Ibiza, en la que aplaudió las medidas que ha tomado la presidenta de Andalucía, Susana Díaz -quien el lunes también defendió a Chaves y Griñán- para evitar que se repitan fraudes.

No fue tan contundente Sánchez cuando se le preguntó si confía en la inocencia del exconsejero andaluz de Empleo José Antonio Viera, preimputado en el caso y que ayer aseguró contar con el apoyo del líder de los socialistas. «No es que confíe en él. Espero que sea inocente», se limitó a señalar el líder del PSOE.

LAS MEDIDAS / Sánchez anunció además que su partido presentará en septiembre un paquete de medidas «radicales de limpieza democrática», entre las que se incluyen la reducción a la «mínima expresión» del aforamiento de los diputados, el endurecimiento de las penas vinculadas a la corrupción, el fin de los indultos por motivos políticos y la «revisión a fondo» del sistema de financiación de partidos. El nuevo secretario general de los socialistas presumió de su intención de «limpiar las manzanas  podridas» y ser «implacable» con los escándalos que afecten a su partido.

Respecto a la situación en Catalunya, Sánchez se mostró confiado en que Artur Mas «cumpla su palabra» y «no haga nada fuera del marco legal», y reafirmó su intención de promover una reforma federal de la Constitución. Sánchez reclamó asimismo a Mariano Rajoy que el domingo, en su reunión en Galicia con Angela Merkel, plantee a la cancillera alemana un «giro en las políticas económicas» de la UE.