CITA CON LAS URNAS

Sánchez apela a los lazos sentimentales con los catalanes

NEUS TOMÀS / BARCELONA ERNEST ALÒS / MOLLET

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Si hay algo que une a la mayoría de los catalanes dispuestos a votar el próximo 27-S a una opción independentista son los sentimientos. Ni los avisos de la Unión Europea de dejar a Catalunya fuera de las instituciones ni la negativa rotunda del Gobierno del PP a sentarse después a negociar un proceso secesionista parecen amedrentar a estos electores, a tenor de las últimas encuestas internas que manejan algunos partidos. Pero de la misma manera que existe el sentimiento de desapego hacia el resto de España, también hay un amplio colectivo de catalanes con lazos afectivos, en muchos casos familiares, que rechazan un divorcio. Y es a este colectivo al que el PSOE apela a través de una carta que su secretario general, Pedro Sánchez, enviará hoy a los 200.000 militantes que tuvieron derecho a votar en las primarias del partido. En la misiva, bajo la premisa de «todos los socialistas nos sentimos muy cerca de Catalunya», se invita a los militantes a ponerse en contacto por teléfono con catalanes que conozcan para hacerles llegar las propuestas del PSOE.

«El próximo 27 de septiembre, todos los catalanes están llamados a las urnas para elegir un nuevo Parlamento. Los socialistas nos sentimos comprometidos con los retos de la sociedad catalana y, desde todos los territorios, proclamamos con más fuerza que nunca que no queremos una España sin Catalunya ni una Catalunya sin España», escribe Sánchez en esta carta.

Los socialistas insisten en que su propuesta, a diferencia del PP, no es frentista, pero tampoco tiene nada que ver con el independentismo. El secretario general del PSOE lo resume de esta manera: «Frente al independentismo y al inmovilismo, los socialistas ofrecemos una respuesta a toda la sociedad catalana y española». Como hace a menudo en los mítines, en la carta insiste también en que Mariano Rajoy y Artur Mas enfrentan a unos españoles con otros «pero se unen para votar contra los derechos de todos». Y cita como ejemplos la reforma laboral o los recortes en sanidad, educación y dependencia.

Por contra, añade, la propuesta del PSOE pasa por una reforma que «proteja constitucionalmente los derechos de todos los españoles», residan donde residan, y promete un modelo territorial más justo y más eficaz. «El respeto de las identidades, para los socialistas, siempre irá de la mano de la igualdad y la cohesión social». Todo ello, según Sánchez, permitiría trazar «un camino para construir una Catalunya mejor en una España diferente».

LA PROPUESTA FEDERAL

Precisamente, el candidato del PSC, Miquel Iceta, eligió la clausura de la convención federal organizada en Barcelona por la Fundació Campalans y la fundación Friedrich Ebert para detallar el contenido de la reforma constitucional planteada por los socialistas. Iceta puso sobre la mesa que la reforma de la Constitución en un sentido federal defina a España como «una nación que integra a naciones, nacionalidades y regiones». Según Iceta, el federalismo es la única salida al actual conflicto ya que es el único que «hace posible que confluyan distintas identidades» y se fundamenta en «el diálogo, negociación y pacto», que serán imprescindibles en los próximos tiempos.

Aunque Iceta reivindicó una vez más que Catalunya, para los socialistas catalanes, «es una nación», ha sostenido que a la hora de pactar un nuevo texto constitucional no debería ser un obstáculo la adopción de fórmulas que pudieran generar más consenso, tras la previsible negativa de la derecha española, como «comunidad nacional, identidad nacional o realidad nacional».

La renovación del pacto constitucional de 1978 pasaría, según Iceta, por «aclarar el reparto de competencias», el reconocimiento de la «asimetría» en el tipo de competencias que cada comunidad podría sumir, teniendo en cuenta que «asimetría competencial no deriva en desigualdad de derechos», la inclusión en la Constitución del principio de ordinalidad en la financiación autonómica que se introdujo en el Estatut, para dar pie a un sistema de «financiación solidario, equitativo y justo para todos», y la aceptación de que «las comunidades con lengua propia deben tener toda la capacidad de autoorganización en lo que tenga a ver con lengua, comunicación y cultura».

RELACIONES ESPECIALES

Si Pedro Sánchez apela a la «unión sentimental» con el resto de España, el presidente de la Generalitat valenciana Ximo Puig (como hizo hace unos días la del Govern balear, Francina Armengol) apeló a las relaciones especiales entre Catalunya y las comunidades con las que les une unos lazos de «hermandad, de fraternidad». «No puedo entender que alguien quiera poner fronteras entre el País Valenciano y Catalunya», argumentó el socialista valenciano, quien bromeó diciendo que «de quien tenemos que independizarnos todos es de Mariano Rajoy».

Puig resumió también su visión de la reforma constitucional propuesta por los socialistas en una fórmula: «Singularidad entre los territorios, igualdad entre las personas».