Rusia pide a España explicaciones tras unas declaraciones del embajador en Ucrania

Tras criticar con dureza a Putin, el diplomático Gerardo Bugallo había pedido "sanciones más duras" contra Moscú

MARC MARGINEDAS / MOSCÚ

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La política del Gobierno español de mantener relaciones cordiales con Rusia pese a las sanciones decretadas por Occidente a raíz de la guerra en Ucrania ha experimentado esta semana un sobresalto.

En una declaración difundida en la página web del Ministerio de Exteriores, Moscú ha pedido a Madrid "una valoración" sobre unas recientes declaraciones del embajador español en Ucrania, Gerardo Bugallo Ottone, en las que se criticaba con gran dureza la política exterior de Vladímir Putin, al tiempo que pedía sanciones más duras contra el país.

TOMAR "MEDIDAS"

Paralelamente, el Gobierno ruso ha instado al Ejecutivo español a que "tome medidas para evitar que se repitan este tipo de declaraciones incorrectas", ya que considera que no se corresponden "a la posición oficial" de España.

El Ministerio de Exteriores ruso cree que al "hacer estas declaraciones perentorias y prejuiciadas, el representante de España en Kiev" se "propasó de los límites de su estatus oficial".

En declaraciones a EL PERIÓDICO, fuentes de la embajada española en Moscú no perciben un cambio de actitud de Rusia respecto a España y creen que en el enunciado del comunicado, la parte rusa sigue valorando de forma positiva sus contactos con Madrid.

El nuevo embajador español en Rusia, Ignacio Yáñez, acaba de entregar al viceministro ruso de Exteriores, Alekséi Meshkov, las copias de estilo de las cartas credenciales, y durante su encuentro "se abordó el tema, aunque en un tono muy cordial".

España, junto con Grecia e Italia, entre otros, pertenece al grupo de países de Europa del sur que adoptan una actitud más contemporizadora hacia Rusia. En octubre pasado, los cordiales contactos bilaterales ruso-españoles experimentaron otra sacudida cuando la escala de buques de guerra rusos en ruta hacia Siria fue cancelada.

En la prensa se virtieron entonces críticas contra Madrid por permitir recalar en territorio español a navíos militares del Kremlin que iban a participar en el asedio de los barrios del este de Alepo.