Rubalcaba: "¿En qué país vive usted, señor Rajoy?"

JUAN RUIZ SIERRA / Madrid

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Lo primero que ha dicho Alfredo Pérez Rubalcaba durante el debate del Estado de la Nación ha sido esto: “Senor Rajoy, ¿en qué país vive usted? ¿Pero en qué país, señor Rajoy? ¿En qué país vive usted? “. El secretario general del PSOE ha optado este martes por su tono más duro frente al presidente en los más de dos años de esta legislatura. Sin un discurso escrito, con apenas dos folios de apuntes, Rubalcaba ha buscado desmontar el optimismo de Rajoy, que esta mañana ha comparado España con un “árbol que ya ha comenzado a dar sus frutos”.

Si el jefe del Ejecutivo se ha refugiado en los datos macroeconómicos (de la inflación a la prima de riesgo, pasando por el endeudamiento familiar), el discurso del líder socialista ha tenido un inequívoco aroma social, de izquierdas. Se ha tratado, en el fondo, de su primer acto en la campaña de las elecciones europeas del próximo 25 de mayo. Para Rubalcaba, el mandato del PP supone la “apoteosis de la desigualdad”, con bajadas de empleo, más pobreza, bajadas de sueldo, pérdidas de becas y restricciones al aborto. 

La contundencia

Ante una bancada socialista entregada, que desde hacía tiempo le pedía mayor contundencia , el líder de la oposición ha vuelto a insistir en que los buenos datos económicos no se debe a las decisiones del Gobierno, sino al cambio de políticas del Banco Central Europeo (BCE). La prueba, ha dicho, es que tanto Italia como Grecia experimentan los mismos síntomas que España. Pero los datos, ha continuado, no puedan opacar el hecho de que, al contrario de lo que ha expuesto el líder del PP, “lo peor está por venir” para muchos colectivos como los pensionistas, los becarios y los enfermos que pagan por sus medicinas.

Sobre la tensión territorial con Catalunya, Rubalcaba ha insistido en su receta: una reforma federal de la Constitución. Pero el líder del PSOE considera que lo más importante es que haya “diálogo”, así que no ha insistido tanto en su propuesta como en la necesidad, a su juicio, de que una subcomisión parlamentaria haga un diagnóstico sobre el Estado autonómico. El jefe de la oposición ha vuelto a acusar a Rajoy de mirar hacia otro lado en este asunto. “No podemos decir ritualmente que queremos seguir juntos e irnos a nuestra casa como si no esté pasando nada. Tenemos un problema de convivencia que solo se resuelve hablando aquí, en la sede de la soberanía popular”, ha dicho. 

Tampoco los anuncios de Rajoy han suscitado el aplauso de Rubalcaba. Sobre la tarifa plana de 100 euros durante 24 meses en las cotizaciones sociales para los nuevos contratos estables de trabajadores, el líder del PSOE ha aventurado que sus efectos serán casi inexistentes, porque la “precarización” laboral es tal que una medida de este tipo “no va a valer para nada”.

La "discriminación" de la reforma del aborto

El aborto, un tema que no ha abordado Rajoy en su intervención inicial, también ha ocupado un espacio importante en el discurso de Rubalcaba, que se ha detenido en el cambio del PP, que ha pasado de votar en contra del sistema de supuestos de 1985 a defenderlo. “Tienen que esperar las mujeres otros 30 años para que llegue usted a la ley de plazos? “, le ha preguntado el líder socialista, para quien la restrictiva reforma se debe retirar porque es “discriminatoria”. Las mujeres que cuenten con fondos suficientes, ha dicho, podrán interrumpir su embarazo en el extranjero, como se hacía varias décadas atrás. Las más humildes, no. Pero el cambio legal que impulsa el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha dicho Rubalcaba, no supone ninguna excepción dentro del esquema de este Gobierno. Al contrario. “Ustedes siempre van contra los más débiles. ¿Saben por qué? Porque son ustedes de derechas”, ha concluido Rubalcaba.

Y por último, un mensaje de esperanza para sus votantes tradicionales, por el momento algo adormecidos. “Cuando gobernemos, quiero decir a los españoles que les devolveremos los derechos que ustedes les han quitado”, ha zanjado Rubalcaba, justo antes de volver a su escaño y recibir, por parte de los diputados socialistas, el aplauso más largo desde que asumió la Secretaría General del PSOE.