Rubalcaba gira a la izquierda con guiños al 15-M y medidas para la banca

En su primer discurso como candidato oficial a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba ha ido un paso más allá en el discurso de izquierdas que lleva perfilando durante los últimos tiempos, ese que le pide una parte de su partido y con el que los socialistas quieren volver a atraer a sus antiguos simpatizantes que se abstuvieron el pasado 22 de mayo. Más allá de frases en este sentido, como las críticas a unos mercados que "campan" a sus anchas, Rubalcaba ha realizado propuestas concretas, que se ampliarán en su programa electoral.

La primera, que los bancos "den una parte de sus beneficios para crear empleo". La segunda, recuperar el impuesto de patrimonio, que derogó el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, pero solo para las grandes fortunas, dentro de un enfoque de "políticas redistributivas" para que "los que no han sufrido en la crisis colaboren para que todos salgamos de ella al mismo tiempo". Y la tercera, la reforma del sistema electoral, todo un guiño al Movimiento 15-M, una de cuyas reivindicaciones básicas va en este sentido.

"No es posible que planteamos grandes reformas en los mercados y no en la política --ha dicho el candidato ante las más de mil personas que, entregadas, han abarrotado el Palacio de Congresos de Madrid--. No es razonable que la relación entre los ciudadanos y los políticos se establezca una vez cada cuatro años. Hay que escuchar lo que están diciendo en las calles. Nos piden dos cosas: más proporcionalidad y más cercanía. Ha llegado el momento de replantearse el sistema electoral. A mí el modelo que más me gusta es el alemán, con circunscripciones pequeñas que favorecen la cercanía y un resto nacional que favorece la proporcionalidad".

Sin críticas al PP

Los revulsivos en el PSOE duran muy poco, pero los asistentes al acto de hoy han salido exultantes. Rubalcaba, arropado por la plana mayor del partido (desde José Luis Rodríguez Zapatero, que no ha intervenido, a Manuel Chaves, pasando por Carme Chacón y José Bono), ha dado un discurso de algo más de una hora, constantemente interrumpido por los aplausos, en el que no ha habido apenas críticas al PP. "Nuestro enemigo no es el PP --ha sostenido--. El PP es nuestro adversario. Nuestros enemigos son el miedo, la desigualdad, la injusticia...".

Y frente al negro panorama que para los socialistas dibujan las encuestas, el candidato ha concluido: "En esta campaña electoral nada está escrito y nada está decidido de antemano. Pero no puedo hacerlo todo. Tenéis que ayudarme".

La corrupción

El candidato del PSOE ha apostado por establecer "algún tipo de control previo" sobre los planes urbanísticos de ayuntamientos y comunidades autónomas para prevenir la corrupción.

Rubalcaba ha hecho un guiño a los indignados del 15-M al defender una política "que sea limpia y que parezca limpia" y se ha puesto como primer objetivo luchar contra la corrupción urbanística, porque, ha dicho, bajo la burbuja inmobiliaria "hay muchos que burbujean y que se corrompieron".

El candidato ha partido de la base de que, en general, el urbanismo está bien gestionado por ayuntamientos y comunidades y que los funcionarios "son impecablemente honestos y honrados", pero, como el problema existe, ha defendido la necesidad de establecer algún tipo de control previo.

Aunque ha reconocido que es difícil, Rubalcaba cree que habrá que "hilar fino" para no vulnerar la Constitución, pero ha garantizado que se puede hacer. "No se trata de restar autonomía a nadie, pero sí de compartir controles más eficaces", ha insistido.

Tras recordar que en esta última etapa se han dado pasos para perseguir y castigar con más contundencia a los corruptos, ha advertido de que ello no es suficiente para los ciudadanos, porque "el pecado es anterior y lo que la gente no quiere es que haya corrupción".

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