LA RESACA ELECTORAL ANDALUZA

Rosa Díez desoye las críticas internas y se atrinchera en UPD

Varios dirigentes exigen «renovar» la estrategia a seguir con Ciudadanos

JOSE RICO / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Por unas horas, las que han transcurrido desde que se convocase la rueda de prensa hasta que Rosa Díez compareciese ante los medios, las especulaciones han hecho que tomase cuerpo la posibilidad de que la 'lideresa' de UPD pusiese este lunes punto final a 36 largos años de carrera política tras el fracaso andaluz. Ha sido un espejismo. Díez no ha dado la más mínima muestra de querer dimitir, ni siquiera de reconsiderar su negativa a pactar con su ya acreditado vampiro político, Ciudadanos. Un atrincheramiento que ha desatado una inusitada rebelión interna en un partido que gobierna por puño de hierro.

¿Cómo se puede argumentar que no se dimite tras haber logrado apenas 76.653 votos frente a los 129.407 del 2012 y haberse quedado otra vez sin representación parlamentaria? Responde Díez: «En las elecciones, como en la vida y en la política, a veces se gana y a veces se pierde. Lo importante es si uno tiene fuerza para seguir luchando en los valores y los principios en los que uno cree». Y la líder de UPD ha asegurado tener esa «fuerza» para seguir adelante, desafiando a la regeneración política que su partido pregona día sí, día también.

Frente a las voces que llevaban toda la mañana exigiendo una renovación a fondo en UPD, lo que implícitamente podía interpretarse como una invitación a Díez a ceder el mando o, al menos, a retomar la negociación con Ciudadanos, la líder ha zanjado la primera hipótesis anunciando su candidatura a las elecciones generales, y la segunda defendiendo el carácter «insobornable, autónomo e independiente» de UPD. Lo más que ha aceptado Díez fue debatir la estrategia política de la organización este sábado, en la reunión ya prevista del consejo político del partido. Un órgano, ha recordado la dirigente, que en diciembre apoyó en un 96% la gestión de la dirección cuando las negociaciones con Ciudadanos ya se habían roto.

LA DECEPCIÓN DE CANTÓ

Así, contra el muro de Díez se estrellaron las críticas de dirigentes de peso hasta ahora afines a la líder, como los diputados Irene Lozano y Toni Cantó, aunque ninguno pidió públicamente su cabeza. Lozano exigió que se «renueve» la estrategia del partido, en referencia al rechazo a pactar con Ciudadanos. Cantó, más rotundo, tildó de «decepcionante» la rueda de prensa de Díez y remachó: «La dirección debe responsabilizarse de las decisiones que nos han traído aquí».