La posición de los grupos

Rivera se ceba con Navarro por su abstención sobre la consulta

Ciutadans exige a Mas que se vaya porque dificulta «la estabilidad»

R. J.
BARCELONA

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Algunos dirigentes del PSC creían antes del 25-N que Ciutadans se nutría mayoritariamente de los descontentos con el PP y que a ellos no les afectaba. A tenor del discurso de ayer de Albert Rivera, a quien ahora acompañan otros ocho diputados y no dos, queda claro que su partido no piensa igual. Por eso arremetió contra Pere Navarro por decir que se abstendrá en las votaciones sobre la consulta de autodeterminación.

Rivera le dijo al líder del PSC que tenía previsto telefonearle para conocer su opinión sobre la «operación Ítaca» (así bautizó la deriva soberanista de Artur Mas) y sobre el «comité de operaciones» formado por CiU y ERC. «Pero oyéndole decir que se abstendrá [...] poca cosa hay que hablar», le dijo. «Si nos abstenemos ante la defensa del Estado de derecho, que es la convivencia definitiva, ¿qué nos queda?», le reprochó, para después reclamarle que rectifique y no ponga «una alfombra» para que los soberanistas «hagan lo que quieran».

Antes de ello, recuperó su repertorio de críticas a Mas y le pidió que se vaya para «garantizar la estabilidad» y para que se vuelvan a «tender puentes con el resto de España». Según Rivera, el líder de CiU ha fracasado en su «huida hacia adelante» y no puede arrogarse el liderazgo de un pueblo porque los nacionalistas representan «al 30% de Catalunya».

Además de reclamar el adelgazamiento de la Administración y la elaboración de una ley electoral catalana, el líder de Ciutadans avisó de que no cesará en sacar todos los trapos sucios de la corrupción. Incluso proclamó que el pacto CiU-ERC ya se fraguó antes de verano, cuando el voto en contra de los republicanos impidió que Mas explicara en el Parlament «por qué Convergència tiene la sede embargada» por elcaso Millet.