CAMINO DE LAS URNAS
'Referéndum' en Ciutadans
Ciutadans está al borde de la 'escisión'. En esta campaña electoral, en el partido naranja, se están dejando ver dos grandes escuelas de pensamiento: los que creen que, entre Albert Rivera e Inés Arrimadas, él es más guapo que ella y los que opinan lo contrario. La 'tensión' fue más que perceptible ayer en el palacio ferial de Tarragona, donde Ciudadanos celebró una comida popular. Tras los parlamentos ambos candidatos, a la Generalitat, ella, a la Moncloa, él, se sentaron en la mesa entre los vítores y los piropos consabidos de "guapa", "guapo".
Y en ese punto, una asistente lanzó la pregunta de la fractura social: "¿Quién es más guapo?". Había tanto interés por dar la opinión que incluso se cogió una servilleta para apuntar, crucecita a un lado, crucecita al otro, a modo de improvisado referéndum. La igualdad fue tal -se supone que nadie obtuvo ni los dos tercios que se requieren, por ejemplo, para modificar el Estatut- que el veredicto al final fue salomónico: "Tendremos una presidenta de la Generalitat y uno del Gobierno español igual de guapos". La 'tercera vía' versión Ken y Barbie.
Pero sería injusto quedarse en el continente cuando, ayer, hubo contenido a raudales. Por ejemplo, que en el cartel de Ciutadans salgan los dos, Rivera y Arrimadas, no es por casualidad. Se trata de una bicefalia, quizá obligada por las encuestas que detectan un descenso en la intención de voto desde que Xavier García Albiol apareció en escena. Y no solo eso. El presidente de Ciudadanos se arrogó el papel de máximo protagonista en el acto oscureciendo a Arrimadas. Intervino al final, durante más tiempo y con un discurso más contundente.
Fue Rivera el que consiguió levantar incluso a los que no se acercaron al atril por miedo a perder el sitio en la mesa donde se iba a servir el arroz. Acogiéndose a la vía iniciada por Pablo Iglesias esta misma semana de abordar el origen geográfico de los catalanes y sus ancestros (hasta la segunda generación), Rivera afirmó : "Yo no pienso renegar de lo que soy, de lo que son mis padres, mis abuelos". Y sentenció: "Estamos orgullosos de lo que somos y no nos escondemos, somos aquellos que defendemos con la cara alta nuestra lengua y nuestra nacionalidad".
Finalizó su parlamento con la promesa de que, con Ciutadans en la Generalitat, no se iba a preguntar a nadie "de dónde es, cuál es su lengua y cuál su bandera". Arrimadas mantuvo un perfil más bajo. Más concentrada en la corrupción y, sobre todo, en el calendario, es decir, en la Diada. También ella prometió que si alcanza la presidencia de la Generalitat, el próximo Onze de Setembre será la fiesta de «todos los catalanes", unidos bajo la 'senyera', "la de todos, la que no divide".
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