Barberá renuncia a la portavocía del grupo mixto del Senado

PATRICIA MARTÍN / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Rita Barberá ha reaparecido este martes en el Senado, cámara que no pisa desde que el Tribunal Supremo le abrió una investigación penal por presunto blanqueo de capitales, lo que motivó su baja en el PP. La senadora, con semblante serio, no ha querido hacer declaraciones a los medios a su llegada y tan solo ha pedido al aluvión de cámaras y periodistas que seguían sus pasos que la "dejaran" pasar. Pero luego ha participado en la reunión del grupo mixto, al que se ha incorporado tras romper su carnet de militante del PP, y ha posado ante los medios gráficos con una sonrisa. 

En dicho encuentro, la senadora ha comunicado a sus nuevos compañeros que renuncia a ocupar la portavocía cuando le toque el turno, así como al complemento salarial por pertenececer al grupo mixto. Eso sí, ha manifestado su interés en ser portavoz en la comisión Constitucional o de Economía, las dos que ocupaba -como vocal- en el grupo popular.

Pero partidos como Compromís o PDC se han opuesto a que Barberá mejore su posición al alcanzar una portavocía. Por ello, tras un intenso debate, del que se ha ausentado la senadora, el grupo ha decidido por mayoría que la exalcaldesa se incorpore a una comisión, la de incompatibilidades, la última que se repartió, y ocupe el puesto de viceportavoz, porque el reducido número de integrantes del mixto les impide ser vocales rasos.  

Su nueva ocupación le reportará en 697 euros más al mes, que se sumarán a la asignación de 2.813 que reciben todos los senadores y a la ayuda de 1.822 por residir en una circunscripción distinta. Si hubiera sido portavoz y no hubiera renunciado al complemento, sus emolumentos hubieran sido mucho mayores. Por ello, Compromís y PDC han mostrado su conformidad con la decisión.

Por la tarde, la senadora ha asistido al primer pleno de la legislatura. La cámara le ha asignado el escaño 301, situado en el llamado gallinero, en la última fila del bloque central, cerca de algunos de sus excompañeros del PP. Pero ella al principio de la tarde se ha sentado dos escaños a su izquierda, justo en el límite de la bancada popular, lo que le permitió hablar de forma distentida con algunos de sus antiguos correligionarios.